25.1.06

DERROTA

No sé; de todos modos es una derrota.
Pero tal vez una derrota buscada, hasta anhelada.
Josefina Vicens


No lo sentí venir. Pero supe bien que no se iría pronto. Yo estaba de rodillas, limpiaba el vómito de Luis sobre la alfombra. Andrea gritaba "¡Qué asco, qué asco, eres un cochino Luis!" una y otra vez. Luis le contestaba, trataba de explicarse. Yo perdí la paciencia y les gritaba a ambos que se callaran. Fue entonces cuando él llegó. "¿Qué no puede haber paz en esta casa... qué no puedes callar a tus hijos?" Fue entonces cuando aventó el primer golpe. Me sentí derrotada.

Traté de explicarle lo ocurrido pero, como siempre, él no escuchaba. Cuando pierde la paciencia tampoco escucha y es que con los hijos uno puede perder la paciencia fácilmente, lo entiendo. Yo sólo cerré los ojos y lo dejé seguir, he encontrado que de ese modo todo sucede más rápido.
No sé cuánto tiempo pasó.
Después, escuché la puerta de su oficina cerrarse. Todo había terminado. Debo confesar que me dolían un poco las costillas, pero nada grave.

Terminé de limpiar el piso, me di un baño. Cuando salí, los niños ya estaban frente al televisor. "¿Alguien quiere helado?", les dije. Andrea de inmediato dijo que sí pero rogó que a Luis no le diera, "¡guácala, qué tal que vuelve a vomitar!". Los tres nos reímos. Pasamos la tarde tranquilamente.

Por la noche, después de cenar, él me pidió disculpas. “Perdí la paciencia”, me dijo. “Lo sé”, le contesté. No todo estaba perdido, antes de apagar la luz, dejé de sentirme derrotada.

1 comentario:

No one dijo...

espero que esto sea ficción.


un saludo