11.1.06

ABRO LOS OJOS (relato ciego)

Abro los ojos y él está ahí. Me levanto de entre ese nudo de ropa y sábanas que delatan nuestro desvelo. Su cuerpo dueño del mío. Mi cuerpo del suyo. Un solo aliento.

Lo sabe todo de mí. Escuchar es su mejor cualidad. No sé nada de él. Callar es su peor defecto.

Observo su cuerpo. Su piel extiende cuatro tatuajes. Uno en la espalda, uno en el antebrazo, uno en el hombro, otro más en la pantorrilla. No sé lo que significan. No sé cuándo se los hizo. No sé por qué se los hizo. Acaricio cada uno. Observo sin entender. Estoy frente a un secreto. Un secreto que él nunca compartirá. Lo sé, con él no hay pasado, con él no hay futuro. Sólo este mero instante de su cuerpo sobre mi cama.

Prolongo mi mano sobre su piel, como si se tratara del tiempo. Como si así pudiera apresarlo. Perder su inquebrantable noción.

El nudo comienza otra vez. Cierro los ojos.

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