19.6.08

LAS CASAS Y LOS PERROS

Esta no es una historia sobre un colegio militar vargasllosiano. Esta es la historia -breve- de las dos ocasiones en que los perros han sido el aliciente de una casa.

1. Tengo unos 16 o 17 años . Mi madre y yo tenemos el enfrentamiento más grave hasta entonces (hubo otros, claro, antes y después pero nunca de esta gravedad). Mi memoria ha decidido bloquear el por qué. Yo asumo que fue por una mala decisión (mía, por supuesto), por alguna terrible elección de novio (mío, también) o un regreso a casa a altas horas de la noche. No sé, quizá haya más posibilidades pero con mi madre, básicamente, esos han sido los motivos más comunes para una trifulca... Y bueno, el asunto en cuestión se extendió con ira y silencio por muchos muchos días. Más de los acostumbrados. Mi padre, hacía todo lo que estaba en sus manos (o algo así) para lograr una reconciliación. Pero peor que una sylvia son dos sylvias y su tarea fue imposible hasta que. Así, una tarde, mi padre llegó a casa con un perro en sus brazos, un pequeño french que nos duró casi quince años. Hace poco hubo que dormirlo, después del cáncer y la edad, el pobre ya no podía con su existencia. Fue un perro muy querido y un perro significativo. Lo amé infinitamente hasta que yo misma me convertí en madre y el se convirtió en el simple y sencillo "perro de la casa de mis papás".

2. Tengo 34 años y un hijo de 9. Él es piscis y yo soy virgo. Somos parecidos y somos opuestos. Y estamos enfrentando caracteres en una noche de martes. Es el máximo pleito de nuestra vida juntos. Ambos lo sabemos. Después de los llantos y los portazos, de los baños para bajar PH's, nos sentamos a platicar y decidimos que necesitamos hacer más cosas juntos, compartir más cosas juntos y retomamos ese viejo proyecto de adoptar ahora sí, ahora sí, una mascota. Desde ayer vive con nosotros Acamaru, un maltés blanco de un mes, regordete y cachetón. No planee que fuera así, no fue sino hasta que el perro caminaba por la casa anoche que me di cuenta de que, en mi familia, las historias (los motivos, los deseos) se repiten. Mueven la cola, ladran y de vez en cuando: muerden.

1 comentario:

Charlotte Corday dijo...

si deseas que en un futuro vuelva a tu casa, tienes que invitarme a conocerlo ANTES de que el perro crezca y empiece a ser arisco y ladrador y mordelon... :S digo, pa k se acostumbre a mi de chikito