11.8.06

¿TENGO QUE...?

El de siete sigue de vacaciones. Lo traslado a diario a las 6 am a casa de su abuelita donde pasa el resto del día hasta que se da mi hora de salida. Así mi mamá hace mi labor de mamá durante el día. Alimenta, platica y cuida al de siete. En realidad la situación ha sido así desde que tiene un poco más de un año, benditas abuelitas, Batman. El de siete nunca se ha quejado, nunca ha dicho ¿por qué me levantas tan temprano? ¿por qué me dejas aquí? No. Nunca. Nada.

Pero ayer, dueño de sus siete años de vida me dice, ¿te puedo hacer una pregunta? Sí, le digo, pregúntame lo que quieras (nerviosa por supuesto del "lo que quieras").

...

¿Tengo que dejar de hacer todo lo que no le gusta a mi abuelita? Lo miro, trato de pensar qué es lo que hace que no le gusta a su abuelita. A ver, explícame, ¿qué es eso? ¿qué es lo que no le gusta a ella? (El de siete hace uno y mil gestos que no indican sino que el pequeño está concentradísimo tratando de encontrar su lista de hechos cambiables). Bueno pues no le gusta que escuche la Chilanga banda de Café Tacuba, ni que vea Bob Esponja, no le gusta que suba los codos a la mesa, que coma y hable al mismo tiempo. Creo que tampoco quiere que mastique chicle. ¿Tengo que hacer lo que me dice?

Quisiera reírme.

Una parte de mí quiere ponerse seria, estricta y seguir las reglas también. Pero otra parte de mí no quiere sino ser cómplice de esas pequeñas cosas. Trato de buscar el balance. Le digo: La chilanga banda la puedes escuchar en casa, conmigo. Bob Esponja es un tanto bobo pero si te gusta, ni modo. Hay que portarse bien en la mesa de la abuelita. ¿Masticamos chicles el fin de semana? Vas a guardar el secreto, ¿eh?

El hijo se ríe.

Bonita cosa, pienso, ahora yo también estoy haciendo cosas que seguramente a mi mamá no le gustan. ¿Tengo que...?

1 comentario:

Mercedes dijo...

Tu hijo es un santo Syl. un verdadero santo.