Rodeados por el ruido, separados
el uno con el uno que uno es
nos supimos negados de caricias,
señalados al fin por nuestros miedos
pero la llama que no cesa
nos regresó al instante.
Que por más que exista sólo en sueños
es adverso al silencio tanto ruido.
J.Ramírez
23.11.07
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