6.10.09

PET SOCIETY

Después de la triste pérdida de Cameron La Dálmata de Alcurnia, mi casa y mi alma se quedaron con un hueco (y con montones de pelusa blanquinegra). Yo no planeaba, juro que no, sustituir a la chucha. Tener un perro es tener otro hijo (y un hijo es más que suficiente). Así que la idea era no, no tener más perros. Pero vino el cumpleaños y en el cumpleaños alguien se dio cuenta de que todo lo que dije anteriormente era una forma de negación ante la realidad: yo sí quería un perro. Así que mi gran regalo fue una pequeña bola de pelos (como la llama el Pequeño Sujeto). Una hermosa french color caramelo con una linda mancha blanca.

Se llama Üma y es mi pequeñita, mi compañera, la risa de mis días, la rabieta de mi necesidad de trapear más seguido, la que está ahí con sus dientitos como de risa incluso cuando ve que su dueña tiene calentura o mal humor.

Así que del Pet Society virtual pasé al real.

1 comentario:

Lady of Shalott dijo...

<3<3<3<3<3<3<3<3<3

lloré.