1.4.08

EL LIBRO DEL DOLOR

Supongo que todos tenemos en algún lugar de la memoria o en algún lugar del diario ese que escribimos a escondidas una sinfonía del dolor. Una lista, una breve reseña, un recuento de nuestros momentos de dolor: la primer caída, las otras caídas, el primer corazón roto, todos los corazones rotos, choques, reveses, etc. etc.

Yo, al dolor, lo conocí primero en otro. En otra.

Mi gran lectura de los 8 a los 10, 11 años era el Selecciones de Reader's Digest que llegaba a casa mensualmente. Ahí me enteré quién era Margaret Thatcher, dónde estaban Las Malvinas y, en especial, la dolorosa vida de la artista mexicana que usted puede encontrar en bolsas, carteras y camisetas: Frida Kahlo. Fue mi primer gran acercamiento al dolor. El de Frida, es un arte del dolor.

Pasó el tiempo y yo pasé a otras lecturas. También a otros dolores, Aprender a andar en bicicleta, por ejemplo. Las rodillas raspadas. Las uñas arrancadas por una puerta. Despedir a los hermanos que partían a estudiar a otras ciudades. Abandonar la casa de la infancia para mudarse a un fraccionamiento donde todo, hasta las mangueras, eran iguales. Dolores distintos, pero dolores al fin. Luego, con los años, vienen los dolores compartidos, con la familia, por la familia; con los amigos, por los amigos. Con los hijos, por los hijos.

Por supuesto, pensé en esto el fin de semana, el dolor de uno mismo lo llevan a los terrenos más tristes.

Hoy, me siento mejor, hoy he pensado que abrir de vez en cuando el libro del dolor no es tan terrible como uno pudiera pensar.

1 comentario:

La Maz dijo...

¿Has leído el Diario del Dolor de María Luisa Puga?