Ya sé que lo que voy a decir no está bien, de veras que no está bien pero alguien lo tiene que decir. Este ejercicio de escribir las ocho cosas que uno quiere hacer antes de morir ha sido muy divertido. Leo las de mis invitados y las de los invitados de mis invitados y los quiero más o los extraño más. Lo que es peor, hasta tengo ganas de que ya sean nuestras horas de morir pero que conste que sólo para que los deseos y sueños de todos se cumplan bien cumplidos.
Les dije, no estaba bien lo que iba a decir. Especialmente porque no me da ni una fregada gana de asistir al funeral de nadie, ¿me oyeron? de nadie. Así que para evitarme estos sentimientos absurdos vale más que ustedes, mis invitados y los invitados de mis invitados, se las vayan ingeniando para cumplir sueños, deseos y demás cosas porque sí y no porque se van a morir.
Dicho lo anterior los obligo, sí, los obligo a leer lo que han puesto muchos de los dueños de los links que están aquí al ladito.
Se les quiere -y se les quiere vivos-, atentamente YO.
21.2.08
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