Dentro del encuentro nacional de escritores "Horas de Junio" (y que empezaron en mayo), me toca leer. La cita es hoy a las 4 pm en la Sociedad Sonorense de Escritores.
Mesa 18 16:00-17:00
Moderador Pina Saucedo
Gabriela Torres (Nuevo León)
Jenny Donovan (California)
Sylvia Aguilar Zéleny (Sonora)
Abril Castro (Baja California)
Fidelia Caballero (Sonora)
Está usted invitado.
31.5.07
30.5.07
UN EJERCICIO DE FUNÁMBULOS
Los niños se desinteresan de los padres cuando se les abandona. No son sentimentales. Son pasionales y fríos. En cierto modo algunos abandonan los afectos, los sentimientos, como si fueran cosas. Con determinación, sin tristeza. Se vuelven extraños. A veces enemigos. Ya no son ellos los seres abandonados, sino quienes se baten mentalmente en retirada. Y se marchan. Hacia un mundo oscuro, fantástico y miserable. Y, sin embargo, a veces simulan felicidad. Como un ejercicio de funámbulos. Los padres no son necesarios.
Proleterka, Fleur Jaeggy
Proleterka, Fleur Jaeggy
29.5.07
IMAGINE
Imagine que usted es adoptado y siempre lo ha sabido, imagine que a los treinta años le dicen que su madre biológica ha llamado y que se pone a su disposición por si quiere hacer contacto. Imagine que usted lo hace. Imagine que su madre biológica le dice "vamos a vernos" y usted dice, "todavía no". Imagine que las llamadas continúan, que su madre biológica le dice ponte el sueter antes de salir. Imagine que su madre biológica le dice "vamos a vernos" y usted le repite que "todavía no" y ella le dice "¿por qué no?, ¿por qué no me quieres ver? ¿por qué no me amas?" y usted le dice "no es eso" y ella insiste: ¿Por qué no nos vemos, por qué no me adoptas?" Imagine que su madre biológica se enoja porque usted no le envió nada de día de san valentín. Imagine que su madre biológica le admite que en su familia todos son extraños, ¿se sentiría usted extraña?.
Imagine ahora que después conoce a su padre biológico. Imagine que él, para hablar con usted, la invita a almorzar a restaurantes de hoteles. Imagine que usted no puede dejar de pensar que hay algo sospechoso en eso y que cree que en cualquier momento él pedirá una habitación para ambos. Imagine que su padre biológico le pide hacer una prueba de DNA. Imagine que después no quiere compartir el papel con los resultados.
Imagine usted que su madre le dice que su madre ha muerto. Imagine usted que su padre lo lleva a conocer a su padre.
Imagine usted que no puede imaginar quién es usted en realidad. Imagine usted a la genealogía como una duda constante.
O bien, simplemente, lea The mistress's daughter de A.M. Homes.
Imagine ahora que después conoce a su padre biológico. Imagine que él, para hablar con usted, la invita a almorzar a restaurantes de hoteles. Imagine que usted no puede dejar de pensar que hay algo sospechoso en eso y que cree que en cualquier momento él pedirá una habitación para ambos. Imagine que su padre biológico le pide hacer una prueba de DNA. Imagine que después no quiere compartir el papel con los resultados.
Imagine usted que su madre le dice que su madre ha muerto. Imagine usted que su padre lo lleva a conocer a su padre.
Imagine usted que no puede imaginar quién es usted en realidad. Imagine usted a la genealogía como una duda constante.
O bien, simplemente, lea The mistress's daughter de A.M. Homes.
28.5.07
DOS MESES
¿Ha pasado usted dos meses sin su significant one? ¿Ha tenido que mantener su romance vivo vía mensajes de texto, e mails y llamadas a larga distancia? Pues entonces, entonces ya sabe lo que viviré de aquí a agosto.
: (
: (
27.5.07
FILIPPA
Dicen que la Filippa Giordano es la nueva María Callas.
No señores, no.
La Filipa es una Céline Dion que canta Carmen.
Punto.
No señores, no.
La Filipa es una Céline Dion que canta Carmen.
Punto.
25.5.07
PERSEPOLIS
Bien, pues Donovan está aquí. Llegó con sus colores y sus plumas. Llegó con su sonrisa y su forma de decir las barbaridades más grandes en el tono más sencillo. Llegó con un magnífico regalo para la graduada: Persepolis, volúmen 1 y 2 y Embroider de mi admirada Marjane Satrapi. Ya escribiré de Persepolis que, by the way, causó conmoción en su versión para cine en Cannes.
Aquí las probaditas.
24.5.07
MECATE, MÁSCARAS Y FLAUTAS
Ayer el Juanan y yo platicábamos de las vacaciones. Todo indica que nos vamos al DF y a Cuernavaca en julio. Le preguntaba yo si había algo en especial que quisiera hacer y he aquí el diálogo:
ÉL: Antes que nada, hay que ir a Six Flags. ( lo cual tiene perfecto sentido)
YO: Muy bien... ¿y hay algún otro lugar en especial que realmente quieras visitar?.
(Me gustaría decir que mi hijo pensó y pensó, que pasaron ocho, diez, quince minutos y luego contestó. Pero no)
ÉL: Quiero ir a uno de esos lugares con cosas viejas.
YO:Te refieres a un museo, ¿quieres ir a un museo?
ÉL: No... Un lugar de esos donde hay cosas viejas y que las venden. Cosas como mecates, máscaras y tal vez hasta flautas.
YO: Una tienda de antigüedades (afirme conla seguridad de toda una madre).
ÉL: No sé, ¿ahí venden mecates? Me gustaría traerme un mecate, una máscara y una flauta de allá... ¿en México venden eso?
YO: ...
ÉL: ...
No era el momento para decirle que mecates hay en todos lados, que máscaras en cualquier mexican curious y que flautas... Pero bueno, supongo al menos que el viaje me va a salir barato.
ÉL: Antes que nada, hay que ir a Six Flags. ( lo cual tiene perfecto sentido)
YO: Muy bien... ¿y hay algún otro lugar en especial que realmente quieras visitar?.
(Me gustaría decir que mi hijo pensó y pensó, que pasaron ocho, diez, quince minutos y luego contestó. Pero no)
ÉL: Quiero ir a uno de esos lugares con cosas viejas.
YO:Te refieres a un museo, ¿quieres ir a un museo?
ÉL: No... Un lugar de esos donde hay cosas viejas y que las venden. Cosas como mecates, máscaras y tal vez hasta flautas.
YO: Una tienda de antigüedades (afirme conla seguridad de toda una madre).
ÉL: No sé, ¿ahí venden mecates? Me gustaría traerme un mecate, una máscara y una flauta de allá... ¿en México venden eso?
YO: ...
ÉL: ...
No era el momento para decirle que mecates hay en todos lados, que máscaras en cualquier mexican curious y que flautas... Pero bueno, supongo al menos que el viaje me va a salir barato.
23.5.07
THE MISTRESS'S DAUGHTER
22.5.07
SOY
Soy una mujer de 33 años. Soy la última de cuatro hijos. Soy divorciada. Soy madre de un niño de ocho años. Soy virgo. Soy hipersensible. Soy adicta al café con tres de azúcar, a la música suave y a los libros devastadores. Soy profesora. Soy narradora. Soy despistada. Soy ingenua. Soy una perra si me lo propongo. Soy risueña. Soy de lágrima fácil. Soy mala para las cuentas. Soy absurda. Soy dueña de una casa de dos recámaras, de un carro de cuatro puertas y de por lo menos cinco pares de tenis. Soy la que lava los trastes y trapea los pisos. Soy la que ríe cuando mi hijo cuenta un chiste. Soy la que cierra los ojos cuando ve un perro muerto. Soy la que sonrié cuando ve una ardilla, un colibrí o una liebre en la ciudad. Soy la que lee hasta tarde. Soy la que piensa y piensa sin llegar a ningún lado. Soy la última en apagar la luz.
21.5.07
CUESTIÓN DE ESTÉTICA (relato)
He acostumbrado a mi estómago perfectamente. Al principio, claro, fue un poco difícil. Incluso penoso pues mis intestinos emitían sonidos terribles. Pero después de un tiempo, eso deja de ocurrir. El estómago deja de exigirte comida. Me alimento por lo menos cuatro veces al día. Dependiendo la hora tomo:
1) hojuelas de avena tostadas – sin miel-, media taza de yogurt natural, por la mañana.
2) una manzana, tres o cuatro hojas de lechuga, al mediodía o
3) una taza de arroz cocido, por las noches.
Bebo doce vasos de agua al día en lapsos de una hora y media o dos entre uno y otro. Por supuesto voy al baño frecuentemente, demasiado frecuentemente si deben saberlo.
Esto es lo mejor, créanme. No iba yo a seguir el camino de Lilian y pasarme el día comiendo lo que me viene en gana para después vomitarlo y, lo que es peor, tumbar a todos en la escuela con un aliento asqueroso. Eso me parece patético y estúpido. Es para aquellas que no tienen la más mínima fuerza de voluntad. Mel también carece de eso y de muchas otras cosas. Ya ven lo que le ocurrió. Esa no era una opción para mí: y por lo visto tampoco lo fue para ella. Miren que tomarse un frasco entero. No sé qué esperaba. Hay chicas que simplemente no saben manejarse.
Yo opté por el ejercicio y reducir mi alimentación al mínimo. Mi mamá, al principio, se la pasaba en no te alimentas bien, estás muy delgada, debes de… Mi papá no tenía nada qué decir. Mi papá nunca ha tenido nada qué decir. Lo veo poco, le llamo poco. Me interesa poco.
Mamá comenzó a preocuparse más y más. Insistía en calorías y grasas. Me servía platos enteros de puré de papas, milanesas, pastas, picadillos. Platos que terminaron en el suelo, por supuesto. Hubo gritos y portazos. Haste que aprendí a manejarlo con inteligencia, para qué engañarla, me dije. Fui honesta, le expliqué mis razones. Ella poco a poco entendió que todo era cuestión de estética. ¿No prefería acaso tener a una hija delgada y bella?
Ahora, es ella misma quien selecciona, lava y corta lo que voy a comer. Recientemente ha comenzado a compartir mi alimentación. Esto resultó de gran ayuda, especialmente cuando la Consejera la llamó para hablar de “el problema de mis hábitos alimenticios”. Mi madre fue firme, le dijo que mi alimentación no era asunto de ella, ni de nadie más… que yo estaba perfectamente bien, que invirtiera su tiempo en adolescentes adictos, agresivos o suicidas, porque el mío no era un caso problemático. Fin de la historia. Nadie se metió más y mis desmayos dejaron de implicar inmediatamente un reporte a escolar. Cuando ocurren, a la enfermería, un vaso con una cucharada de azúcar y listo.
Mi cuerpo está ahora donde deseaba. Peso 37 kilos. He acostumbrado a mi estómago perfectamente y creo que otros cinco kilos menos no me vendrían mal. Tendría que dejar el yogurt y el arroz, supongo. Pero sé que puedo hacerlo.
1) hojuelas de avena tostadas – sin miel-, media taza de yogurt natural, por la mañana.
2) una manzana, tres o cuatro hojas de lechuga, al mediodía o
3) una taza de arroz cocido, por las noches.
Bebo doce vasos de agua al día en lapsos de una hora y media o dos entre uno y otro. Por supuesto voy al baño frecuentemente, demasiado frecuentemente si deben saberlo.
Esto es lo mejor, créanme. No iba yo a seguir el camino de Lilian y pasarme el día comiendo lo que me viene en gana para después vomitarlo y, lo que es peor, tumbar a todos en la escuela con un aliento asqueroso. Eso me parece patético y estúpido. Es para aquellas que no tienen la más mínima fuerza de voluntad. Mel también carece de eso y de muchas otras cosas. Ya ven lo que le ocurrió. Esa no era una opción para mí: y por lo visto tampoco lo fue para ella. Miren que tomarse un frasco entero. No sé qué esperaba. Hay chicas que simplemente no saben manejarse.
Yo opté por el ejercicio y reducir mi alimentación al mínimo. Mi mamá, al principio, se la pasaba en no te alimentas bien, estás muy delgada, debes de… Mi papá no tenía nada qué decir. Mi papá nunca ha tenido nada qué decir. Lo veo poco, le llamo poco. Me interesa poco.
Mamá comenzó a preocuparse más y más. Insistía en calorías y grasas. Me servía platos enteros de puré de papas, milanesas, pastas, picadillos. Platos que terminaron en el suelo, por supuesto. Hubo gritos y portazos. Haste que aprendí a manejarlo con inteligencia, para qué engañarla, me dije. Fui honesta, le expliqué mis razones. Ella poco a poco entendió que todo era cuestión de estética. ¿No prefería acaso tener a una hija delgada y bella?
Ahora, es ella misma quien selecciona, lava y corta lo que voy a comer. Recientemente ha comenzado a compartir mi alimentación. Esto resultó de gran ayuda, especialmente cuando la Consejera la llamó para hablar de “el problema de mis hábitos alimenticios”. Mi madre fue firme, le dijo que mi alimentación no era asunto de ella, ni de nadie más… que yo estaba perfectamente bien, que invirtiera su tiempo en adolescentes adictos, agresivos o suicidas, porque el mío no era un caso problemático. Fin de la historia. Nadie se metió más y mis desmayos dejaron de implicar inmediatamente un reporte a escolar. Cuando ocurren, a la enfermería, un vaso con una cucharada de azúcar y listo.
Mi cuerpo está ahora donde deseaba. Peso 37 kilos. He acostumbrado a mi estómago perfectamente y creo que otros cinco kilos menos no me vendrían mal. Tendría que dejar el yogurt y el arroz, supongo. Pero sé que puedo hacerlo.
18.5.07
JODER CON MILLÁS
Hace unos veinte minutos terminé el tercer libro -in the row- que leo de Juan José Millás. La soledad era esto es una desas novelas que se lee de una sentada por la imposibilidad de cerrarlo y le mueve a una todo por la ininteligibilidad de la vida, whatever that means. Es un libro que me gustaría que leyera la dueña del puro errar. Y es que:
"La soledad era (es) esto: encontrarte de súbito en el mundo como si acabaras de llegar de otro planeta del que no sabes por qué has sido expulsada".
Comienzo hoy Dos mujeres en Praga, y quizá, algún día, me decida a escribir más largamente sobre los cuentos y novelas de Millás. Joder, con Millás.
"La soledad era (es) esto: encontrarte de súbito en el mundo como si acabaras de llegar de otro planeta del que no sabes por qué has sido expulsada".
Comienzo hoy Dos mujeres en Praga, y quizá, algún día, me decida a escribir más largamente sobre los cuentos y novelas de Millás. Joder, con Millás.
EL PATIO Y LOS LIBROS
Hace unos días una amable lectora de este sitio me dijo que quería saber sobre el patio y los libros. Es decir, mi nuevo y flamante patio y los libros que revisaremos Donovan y yo. Aquí va.
EL PATIO:
Después del lamentable incidente del hombre que se metió a mi patio y se sentó en mi silla y que asumo que tenía intención de robar, hice cambios. Se subió más la barda, se enjarraron las bardas, se puso una gravilla, se sacaron las sillas de patio que se guardaban pudorosas, se compró una sombrilla, se sacaron unos bancos de plástico y voilá, convertimos ese lugar en el espacio perfecto para pasar una mañana asoleándose, una tarde leyendo y refrescándose o una noche tomando cervecitas heladas, té helado o vodkas con jugo de uva a la luz de la luna. El juanan dice que va a ahorrar para comprar una alberca inflable. Ya lleva doscientos pesos.
LOS LIBROS:
El verano pasado Donovan y yo vivimos juntas y asistimos juntas al laboratorio fronterizo de escritores para trabajar en nuestros proyectos escriturales que desde entonces para acá han crecido y tomado formas curiosas. El de Donovan es un libro maravilloso que toma la idea de los pop-up books infantiles (esos libros que uno abre y le brincan las imágenes o mueve palanquitas para que salgan o se muevan cosas), pero el suyo es un poemario divino donde las letras y las palabras enteras llueven, se mueven, aparecen, se deslizan. El de Sylvíssima es un libro (que cualquiera llamaría novela pero que ella llama libro) que narra a una mujer partiendo de su familia, sus fotos, sus tesis, sus postales, su ropa. Es un libro baúl. Es un libro objeto. No narra sobre un personaje, narra a un personaje.
Los libros, se discutirán en el patio. Y el patio, seguramente, aparecerá algún día en algún libro.
EL PATIO:
Después del lamentable incidente del hombre que se metió a mi patio y se sentó en mi silla y que asumo que tenía intención de robar, hice cambios. Se subió más la barda, se enjarraron las bardas, se puso una gravilla, se sacaron las sillas de patio que se guardaban pudorosas, se compró una sombrilla, se sacaron unos bancos de plástico y voilá, convertimos ese lugar en el espacio perfecto para pasar una mañana asoleándose, una tarde leyendo y refrescándose o una noche tomando cervecitas heladas, té helado o vodkas con jugo de uva a la luz de la luna. El juanan dice que va a ahorrar para comprar una alberca inflable. Ya lleva doscientos pesos.
LOS LIBROS:
El verano pasado Donovan y yo vivimos juntas y asistimos juntas al laboratorio fronterizo de escritores para trabajar en nuestros proyectos escriturales que desde entonces para acá han crecido y tomado formas curiosas. El de Donovan es un libro maravilloso que toma la idea de los pop-up books infantiles (esos libros que uno abre y le brincan las imágenes o mueve palanquitas para que salgan o se muevan cosas), pero el suyo es un poemario divino donde las letras y las palabras enteras llueven, se mueven, aparecen, se deslizan. El de Sylvíssima es un libro (que cualquiera llamaría novela pero que ella llama libro) que narra a una mujer partiendo de su familia, sus fotos, sus tesis, sus postales, su ropa. Es un libro baúl. Es un libro objeto. No narra sobre un personaje, narra a un personaje.
Los libros, se discutirán en el patio. Y el patio, seguramente, aparecerá algún día en algún libro.
17.5.07
AH, LAS TELENOVELAS
Cuando era pequeña yo las llamaba tenenovelas. No me las dejaban ver, es el destino de las hijas de profesoras, "nada bueno trae ver telenovelas". Pero de algún modo y a escondidas me las ingenié para ver algunos capítulos de Los ricos también lloran, La colorina, La fiera y vaya usté a saber cuáles otras. De los ricos aprendí a mover mi cabecita y mi cabellera como la Verónica Castro y a creer que probablemente yo fuera adoptada, que esa no era mi familia, que alguien millonario iba a venir a reclamarme como propia algún día. De la colorina no aprendí nada excepto a enamorarme de los no agraciados: mi novio era el Héctor Bonilla que para colmo estaba en silla de ruedas y tenía un genio de los mil infiernos. De la fiera aprendí que a las suegras hay que temerles. Debo haber visto otras tenenovelas, pero esas tres son las que recuerdo porque las vi antes de cumplir los ocho, diez años. Muy seguramente mis aún ataques de drama queen son dignos herederos de los vistos durante esta época.
Saco esto a colación porque ayer veíamos un programa en el canal 5 y cuando se acabó comenzó la telenovelilla esta de Lola Noséqué. Yo estaba en la cocina cuando oí la musiquita y el AAAIIIISHHHH de mi hijo quien piensa que, y cito: "esa telenovela es absurda, pura risa, puro amor y puro drama" (y acto seguido, apagó la tele). "Pues de eso se tratan las telenovelas", le dije, (no para defender el "género" sino, claro, por tener algo que decir). "Ja... luego me vas a decir que de eso se trata la vida", me contestó enfático y casi furioso.
Por supuesto, no dije nada. ¿Qué le iba a decir?
El Juanan tomó su pistola de agua, hizo señas que decían algo así como "voy a jugar afuera", dije que sí y cerró la puerta diciendo: "odio las telenovelas". Yo me quedé pensando que de ser Verónica Castro, Lucía Méndez o Victoria Ruffo, ya le hubiera soplado una cachetada al chamaco o bien me hubiera ido a sollozar (que no llorar) a un diván de piel. Pero no soy ninguna de ellas, y yo sólo me quedé en casa pensando en que necesito tomar una clase de filosofía, de maternidad avanzada o algo por el estilo.
Ah, las telenovelas, nomás lo meten a uno en problemas.
Saco esto a colación porque ayer veíamos un programa en el canal 5 y cuando se acabó comenzó la telenovelilla esta de Lola Noséqué. Yo estaba en la cocina cuando oí la musiquita y el AAAIIIISHHHH de mi hijo quien piensa que, y cito: "esa telenovela es absurda, pura risa, puro amor y puro drama" (y acto seguido, apagó la tele). "Pues de eso se tratan las telenovelas", le dije, (no para defender el "género" sino, claro, por tener algo que decir). "Ja... luego me vas a decir que de eso se trata la vida", me contestó enfático y casi furioso.
Por supuesto, no dije nada. ¿Qué le iba a decir?
El Juanan tomó su pistola de agua, hizo señas que decían algo así como "voy a jugar afuera", dije que sí y cerró la puerta diciendo: "odio las telenovelas". Yo me quedé pensando que de ser Verónica Castro, Lucía Méndez o Victoria Ruffo, ya le hubiera soplado una cachetada al chamaco o bien me hubiera ido a sollozar (que no llorar) a un diván de piel. Pero no soy ninguna de ellas, y yo sólo me quedé en casa pensando en que necesito tomar una clase de filosofía, de maternidad avanzada o algo por el estilo.
Ah, las telenovelas, nomás lo meten a uno en problemas.
16.5.07
DONOVAN
Pues el integrante principal de la casa de colores, donde viví el año pasado durante el verano, viene a Hillo. My very philadelphian Donovan llega el 24 y se queda casi diez días. Me ayudará a afinar los últimos detalles del super patio (uy, les debo un post sobre el super patio), revisaremos su libro y mi libro. Prepararemos largos almuerzos aderezados con intensas charlas. Estoy segura de que con ella llegará una dosis estratosférica de serotonina y de colores.
Can't hardly wait.
Can't hardly wait.
15.5.07
COMO UNA NIÑA
Esto es lo que veo por la ventana.
Como una niña.
Como una niña enferma que se cobija con su fiebre.
Como una niña que lee un cuento.
Como una niña que está sola con sus ojos
que en el sueño la arrastran,
y en el sueño se pierde, sin retorno.
Como una niña que ve una película vieja, desteñida,
de ternura remota, incomprensible, y dulce y dolorosa
aunque todos los actores están muertos.
Adriana Díaz Enciso, Nieve
Como una niña.
Como una niña enferma que se cobija con su fiebre.
Como una niña que lee un cuento.
Como una niña que está sola con sus ojos
que en el sueño la arrastran,
y en el sueño se pierde, sin retorno.
Como una niña que ve una película vieja, desteñida,
de ternura remota, incomprensible, y dulce y dolorosa
aunque todos los actores están muertos.
Adriana Díaz Enciso, Nieve
EL DÍA QUE SE ME ROMPIÓ EL CALZÓN (relato penoso)
Bien. Pues es lunes. Y el lunes siempre me ocurre algo. En lunes he olvidado las llaves de la oficina. En lunes He dejado mi almuerzo en casa. En lunes He olvidado ponerme aretes, pintarme las pestañas, traer el reloj, ponerme cinturón. En lunes ocurren cosas que considero graves. Pero ninguna de estas casualties of war es remotamente parecida a lo que ocurrió ese día.
Ese lunes viví la fatalidad. Imagínense: Estoy en el baño. Todo es perfecto, es decir, todo va como debe de ir: el baño está limpio, hay papel higiénico suficiente. Todo es perfecto. Entonces, me levanto de la taza, trato de subir mi ropa y PRAP (lo siento, el sonido yo lo recuerdo como un PRAP) mi calzón se desgarró. No era viejo, bueno, tampoco era nuevo. Era un buen calzón. Pero, en todo caso, ahora sólo era un calzón roto. Desgajado completamente. Miré a todos lados, como si en ese pequeño cubículo en el que estaba yo sola, alguien me hubiera visto. Claro, no había nadie. Tampoco escuché algún tipo de voz diciendo "¿qué fue ese PRAP?" No. El hecho había permanecido invisible para el resto del mundo.
Creo que pasaron dos o tres segundos. Miraba la situación, miraba el calzón. Pensaba qué podía yo hacer. ¿Y qué podía yo hacer? tirarlo, me dije, tirarlo. Igual y traigo mallas y traigo pantalón... (sí, es invierno recuerden y en invierno yo uso mallas bajo el pantalón), no pasa nada. Me lo quito, me dije. Me disponía a jalarlo un poco del lado izquierdo y algo me detuvo. Pensé "esta es una escuela, trabajo en una escuela y si alguien encuentra un calzón roto tirado en la basura de una escuela puede pasar lo peor". Después agregué: “pero ¡quién va a revisar el bote de basura de una escuela?”.Era una estupidez. Intenté quitármelo otra vez pero luego la idea no me pareció tan descabellada, "puede haber cientos de implicaciones por el simple hecho de que un calzón roto aparezca de la nada en el bote de basura de una escuela", pensé con la la madurez y paranoia que me caracterizan.
Tomé una decisión "sensata", reacomodé un poco aquí y allá, es decir, hice algo así como fajarme el calzón entre las mallas y el pantalón (y si una de ustedes sigue pensando ¿por qué demonios traías mallas bajo el pantalón? Ahórrenselo, ya les he dicho yo me pongo mallas bajo el pantalón en el invierno).
Salí del baño, me miré en el espejo. Traté de asegurarme de que el asunto no se notara. Claro, no se notaba, ¿cómo se iba a notar?, ¿quién lo iba a notar? Pero viví una incomodidad perpetua pensando en que alguien lo iba a notar. Pasé el día diciéndome: "me lo voy a quitar" y contestándome "no, cómo me lo voy a quitar". Me acordé mucho de ti Concha, ¿se acuerdan? En aquella larga y profunda discusión sobre la funcionalidad de las tangas, nos dijo: "¿traer algo atorado en el trasero todo el día? ¡no señor! mejor no traer nada". Claro, lo mejor era no traer nada. Pero yo simplemente no pude.
Por la tarde, ya en casa, me quité el susodicho calzón (y me puse otro, claro) (me quité las mallas, de paso). Y me daba risa y me daba un noséqué pensar que cualquiera de ustedes, en una situación similar se hubiera quitado el calzón sin más. Pero yo no pude. Entendí entonces tantas cosas de mí. Y ese lunes, el día que se me rompió el calzón, pasé la tarde llorando.
Ese lunes viví la fatalidad. Imagínense: Estoy en el baño. Todo es perfecto, es decir, todo va como debe de ir: el baño está limpio, hay papel higiénico suficiente. Todo es perfecto. Entonces, me levanto de la taza, trato de subir mi ropa y PRAP (lo siento, el sonido yo lo recuerdo como un PRAP) mi calzón se desgarró. No era viejo, bueno, tampoco era nuevo. Era un buen calzón. Pero, en todo caso, ahora sólo era un calzón roto. Desgajado completamente. Miré a todos lados, como si en ese pequeño cubículo en el que estaba yo sola, alguien me hubiera visto. Claro, no había nadie. Tampoco escuché algún tipo de voz diciendo "¿qué fue ese PRAP?" No. El hecho había permanecido invisible para el resto del mundo.
Creo que pasaron dos o tres segundos. Miraba la situación, miraba el calzón. Pensaba qué podía yo hacer. ¿Y qué podía yo hacer? tirarlo, me dije, tirarlo. Igual y traigo mallas y traigo pantalón... (sí, es invierno recuerden y en invierno yo uso mallas bajo el pantalón), no pasa nada. Me lo quito, me dije. Me disponía a jalarlo un poco del lado izquierdo y algo me detuvo. Pensé "esta es una escuela, trabajo en una escuela y si alguien encuentra un calzón roto tirado en la basura de una escuela puede pasar lo peor". Después agregué: “pero ¡quién va a revisar el bote de basura de una escuela?”.Era una estupidez. Intenté quitármelo otra vez pero luego la idea no me pareció tan descabellada, "puede haber cientos de implicaciones por el simple hecho de que un calzón roto aparezca de la nada en el bote de basura de una escuela", pensé con la la madurez y paranoia que me caracterizan.
Tomé una decisión "sensata", reacomodé un poco aquí y allá, es decir, hice algo así como fajarme el calzón entre las mallas y el pantalón (y si una de ustedes sigue pensando ¿por qué demonios traías mallas bajo el pantalón? Ahórrenselo, ya les he dicho yo me pongo mallas bajo el pantalón en el invierno).
Salí del baño, me miré en el espejo. Traté de asegurarme de que el asunto no se notara. Claro, no se notaba, ¿cómo se iba a notar?, ¿quién lo iba a notar? Pero viví una incomodidad perpetua pensando en que alguien lo iba a notar. Pasé el día diciéndome: "me lo voy a quitar" y contestándome "no, cómo me lo voy a quitar". Me acordé mucho de ti Concha, ¿se acuerdan? En aquella larga y profunda discusión sobre la funcionalidad de las tangas, nos dijo: "¿traer algo atorado en el trasero todo el día? ¡no señor! mejor no traer nada". Claro, lo mejor era no traer nada. Pero yo simplemente no pude.
Por la tarde, ya en casa, me quité el susodicho calzón (y me puse otro, claro) (me quité las mallas, de paso). Y me daba risa y me daba un noséqué pensar que cualquiera de ustedes, en una situación similar se hubiera quitado el calzón sin más. Pero yo no pude. Entendí entonces tantas cosas de mí. Y ese lunes, el día que se me rompió el calzón, pasé la tarde llorando.
13.5.07
NO LO HAGA
Sé que quiere llevar a su hijo a ver el Hombre Araña 3. Sé que está prácticamente obligado, considerando que su hijo vio la 1 y la 2 y que ha estado esperando casi dos años por la 3. Lo ideal sería que usted lograra convencerlo de que espere a que salga el dvd. No lo logrará, lo sé así que tome en cuenta mis siguientes instrucciones:
1)Procure engañar a su hijo y decirle que van a ver la doblada y métase a la subtitulada, ahí habrá menos niños a su alrededor. (claro que eso implicarea que usted le lea la película por dos horas y media).
2) Si opta por ver la película doblada elija el horario más nocturno, habrá menos niños de seis para abajo.
3) Si va a verla temprano, seleccione con inteligencia su asiento. Lejos de niños pequeños, de papás o mamás pasivos, lejos de niños que tienen palomitas, sodas y panditas en la misma mano. Lejos de la entrada y, muy importante, lejos de niños que traen puesto algo del hombre araña, créame estos niños tienen la tendencia de platicar a detalle la primera y la segunda película a sus papás.
Lo mejor sería que usted no lo haga, que no lleve a su hijo, que lo mande con un tío, primo, abuelo. Además, la película no es tan bueeeena...
1)Procure engañar a su hijo y decirle que van a ver la doblada y métase a la subtitulada, ahí habrá menos niños a su alrededor. (claro que eso implicarea que usted le lea la película por dos horas y media).
2) Si opta por ver la película doblada elija el horario más nocturno, habrá menos niños de seis para abajo.
3) Si va a verla temprano, seleccione con inteligencia su asiento. Lejos de niños pequeños, de papás o mamás pasivos, lejos de niños que tienen palomitas, sodas y panditas en la misma mano. Lejos de la entrada y, muy importante, lejos de niños que traen puesto algo del hombre araña, créame estos niños tienen la tendencia de platicar a detalle la primera y la segunda película a sus papás.
Lo mejor sería que usted no lo haga, que no lleve a su hijo, que lo mande con un tío, primo, abuelo. Además, la película no es tan bueeeena...
10.5.07
11 DE MAYO
Parte final de un discurso imaginario dirigido al público del salón del expo forum a las dos de la tarde:
"y por supuesto, a mis padres por su apoyo constante y a mi hijo quien decía siempre con orgullo que su mamá, como él, también estudiaba"
"y por supuesto, a mis padres por su apoyo constante y a mi hijo quien decía siempre con orgullo que su mamá, como él, también estudiaba"
DIEZ DE MAYO MÁGICO Y TROPICAL...
Cuando estaba en tercero de primaria la profesora Aurelia nos tuvo semanas y semanas practicando una canción para el Festival del Día de las Madres. Yo imagino que ensayamos mucho o la profesora Aurelia era realmente muy buena para hacernos memorizar cosas porque aún hoy me acuerdo de la canción y de su tonadita perfecto. Es una canción que nunca he vuelto a escuchar en ningún lado, ningún festival, ninguna radio, ninguna fiesta. Inicia: "diez de mayo mágico y tropical, diez de mayo, sueño primaveral, son tus flores símbolo del amor..." no sé si logramos conmover a nuestras mamás aquella vez, pero sé que cantándola yo no se me conmueve nada. Por supuesto, la canción se me viene a la mente este día, cada año.
En fin, es lo único que se me ocurre escribir hoy por este día. Ah y por supuesto felicitar a mi mamacita santa, a mi hermana con sus muchos hijos y su mucha distancia, a nuestra Marcelita mamá de mi super sobrino; también claro a la mamá de todos nosotros: la Marigé, a mis compas que también son mamás: la natalia (a.k.a: la rats), la eli, la ara, la shaula, la lore, la tere pimienta. Se me ocurren también un par de amigos que han sido como madres para mí, pero si los menciono, seguro me rompen la...
En fin, es lo único que se me ocurre escribir hoy por este día. Ah y por supuesto felicitar a mi mamacita santa, a mi hermana con sus muchos hijos y su mucha distancia, a nuestra Marcelita mamá de mi super sobrino; también claro a la mamá de todos nosotros: la Marigé, a mis compas que también son mamás: la natalia (a.k.a: la rats), la eli, la ara, la shaula, la lore, la tere pimienta. Se me ocurren también un par de amigos que han sido como madres para mí, pero si los menciono, seguro me rompen la...
9.5.07
ZANAHORIA RALLADA
El primer suicidio es único.
Siempre te preguntan si fue un accidente o un firme propósito de morir.
Te pasan un tubo por la nariz,
con fuerza,
para que duela
y aprendas a no molestar al prójimo.
Cuando comienzas a explicar que
la-muerte-era-la-única-salida
o que lo hacespara-joder-a-tu-marido-y-a-tu-familia,
ya te han dado la espalda
y están mirando el tubo transparente
por el que desfila tu última cena.
Apuestan si son fideos o arroz chino.
El médico de guardia se muestra intransigente:
es zanahoria rallada.
Asco, dice la enfermera bembona.
Me despacharon furiosos,
porque ninguno ganó la apuesta.
El suero bajó aprisa
y en diez minutos,
ya estaba de vuelta a casa.
No hubo espacio dónde llorar,
ni tiempo para sentir frío y temor.
La gente no se ocupa de la muerte por exceso de amor.
Cosas de niños,
como si los niños se suicidaran a diario.
Busqué a Hammett en la página precisa:
nunca diré nada sobre tu vida
en ningún libro,
si puedo evitarlo.
Miyó Vestrini
Siempre te preguntan si fue un accidente o un firme propósito de morir.
Te pasan un tubo por la nariz,
con fuerza,
para que duela
y aprendas a no molestar al prójimo.
Cuando comienzas a explicar que
la-muerte-era-la-única-salida
o que lo hacespara-joder-a-tu-marido-y-a-tu-familia,
ya te han dado la espalda
y están mirando el tubo transparente
por el que desfila tu última cena.
Apuestan si son fideos o arroz chino.
El médico de guardia se muestra intransigente:
es zanahoria rallada.
Asco, dice la enfermera bembona.
Me despacharon furiosos,
porque ninguno ganó la apuesta.
El suero bajó aprisa
y en diez minutos,
ya estaba de vuelta a casa.
No hubo espacio dónde llorar,
ni tiempo para sentir frío y temor.
La gente no se ocupa de la muerte por exceso de amor.
Cosas de niños,
como si los niños se suicidaran a diario.
Busqué a Hammett en la página precisa:
nunca diré nada sobre tu vida
en ningún libro,
si puedo evitarlo.
Miyó Vestrini
8.5.07
EL RELATO COMO BUNGALOW
Prólogo a Ya no te necesito:
"... en Estados Unidos prestamos poca atención a los relatos (...) que son vistos como productos improvisados en el extremo inferior de la escala de magnitud, digamos como los bungalows en el mundo de la arquitectura. Pero la verdad es que preferiría que no se alterase esa actitud. La relevancia que se concede a la grandiosidad nos deja esta forma de arte en la que el escritor aún puede ser tan conciso como su tema realmente requiera. En el relato breve no tiene que decir más de lo que sabe en aras de la forma. Hay en el relato un tono de voz que, en medio de la presuntuosa grandilocuencia de nuestros días, aún invita a quien lo desee a decir o soltar su verdad de una sentada".
Arthur Miller
"... en Estados Unidos prestamos poca atención a los relatos (...) que son vistos como productos improvisados en el extremo inferior de la escala de magnitud, digamos como los bungalows en el mundo de la arquitectura. Pero la verdad es que preferiría que no se alterase esa actitud. La relevancia que se concede a la grandiosidad nos deja esta forma de arte en la que el escritor aún puede ser tan conciso como su tema realmente requiera. En el relato breve no tiene que decir más de lo que sabe en aras de la forma. Hay en el relato un tono de voz que, en medio de la presuntuosa grandilocuencia de nuestros días, aún invita a quien lo desee a decir o soltar su verdad de una sentada".
Arthur Miller
7.5.07
TUPPERWARE GENERATION
En la oficina hay un refri de esos enanitos. Ahí es donde los profesores guardamos la comida que habremos de empacarnos al mediodía. Esa cosa fría y pequeña ha sido el vertedero de los mayores conflictos aquí.
1. Hace dos años, durante una junta, una profesora dijo que alguien robaba del refri. Fue específica con la cantidad de tupperwares que con todo y contenido le han sido hurtados. Creo que estuvo a punto de decir ¡cabrones!
2. El año pasado el conflicto era que metían su comida con todo y loncheras y era un lío meter y sacar la comida. Algunos incluso ni siquiera alcanzaban lugar en la mañana. "Meta sólo su toper ware (sic)" decía un mensajito.
3. La semana pasada el conflicto fue que había un exceso de tupperwares con y sin comida (!) y los tupper con comida mostraban alimentos con vellitos y hongos: símbolo inequívoco de su vejez.
4. Esta mañana, me costó mucho trabajo tomar valor para meter mi tupperware en ese refri. Estoy reconsiderando mis horarios y hábitos alimenticios.
5. ¿No habrá pronto tupperwares autorefrigerados?
1. Hace dos años, durante una junta, una profesora dijo que alguien robaba del refri. Fue específica con la cantidad de tupperwares que con todo y contenido le han sido hurtados. Creo que estuvo a punto de decir ¡cabrones!
2. El año pasado el conflicto era que metían su comida con todo y loncheras y era un lío meter y sacar la comida. Algunos incluso ni siquiera alcanzaban lugar en la mañana. "Meta sólo su toper ware (sic)" decía un mensajito.
3. La semana pasada el conflicto fue que había un exceso de tupperwares con y sin comida (!) y los tupper con comida mostraban alimentos con vellitos y hongos: símbolo inequívoco de su vejez.
4. Esta mañana, me costó mucho trabajo tomar valor para meter mi tupperware en ese refri. Estoy reconsiderando mis horarios y hábitos alimenticios.
5. ¿No habrá pronto tupperwares autorefrigerados?
6.5.07
STORAGE
Somehow these walls became a storage. People come and leave here what is useless. Boxes of problems, envelopes with sorrow and grief. Loads of pain. People would leave anything that is heavy on shoulders and soul.
Then, they leave.
Satisfied costumers.
But this storage is now on strike. No admittance.
Be aware.
Then, they leave.
Satisfied costumers.
But this storage is now on strike. No admittance.
Be aware.
4.5.07
LA CASA DE LAS SILLAS Y LAS LÁMPARAS
Mi casa es un huevo. Es pequeñita. Liliputiense casi. Dos mini recámaras y una sala-comedor-cocina-cuarto de tv. Un baño y medio pasillo. No me quejo, a mí me gusta mi casa, la cantidad exacta de ventanas, víveres y muebles. Bueno, no, en eso de los muebles la cosa es rara. En los últimos ajustes (léase: me llevé los libreros de rueditas a mi habitación-estudio) descubrí que tengo ocho sillas. OCHO. Somos sólo dos personas y tenemos ¡ocho sillas!! No sólo eso, tenemos seis lámparas. SEIS. Somos sólo dos personas y tenemos ¡seis lámparas! ¿Cómo llegamos a esa cantidad? Es un misterio.
Nunca las hemos puesto a todas en hilera, a las sillas. Nunca hemos prendido todas al mismo tiempo, a las lámparas. Nunca hemos puesto las seis lámparas sobre seis de las ocho sillas. Tampoco hemos iluminado las ocho sillas con las seis lámparas. Pero la próxima vez que me propongan hacer una instalación adivinen qué usaré.
No, no vendo ni las sillas ni las lámparas, I'm broke pero no tanto.
p.s. Mientras escribía esto recordé que tengo cinco tapetes. Tampoco están en venta, por cierto.
Nunca las hemos puesto a todas en hilera, a las sillas. Nunca hemos prendido todas al mismo tiempo, a las lámparas. Nunca hemos puesto las seis lámparas sobre seis de las ocho sillas. Tampoco hemos iluminado las ocho sillas con las seis lámparas. Pero la próxima vez que me propongan hacer una instalación adivinen qué usaré.
No, no vendo ni las sillas ni las lámparas, I'm broke pero no tanto.
p.s. Mientras escribía esto recordé que tengo cinco tapetes. Tampoco están en venta, por cierto.
3.5.07
QSO
Lo he comprendido, The Quantic Soul Orchestra no es para escucharse en la oficina. Su función debería ser acompañarlo a uno por la carretera, en el mar, sentado uno sobre una tumbona con un té helado o una cerveza bien fría en la mano derecha y un buen libro en la mano izquierda.
A The Quantic Soul Orchestra se le debe oír con unas gafas de sol encantadoras y una blusilla de tirantes. Con las mejores sandalias del mundo para mover el piecito con el dulce y suave soul de los cuánticos.
A The Quantic Soul Orchestra se le debe oír con unas gafas de sol encantadoras y una blusilla de tirantes. Con las mejores sandalias del mundo para mover el piecito con el dulce y suave soul de los cuánticos.
LOS LIBROS EN MI VIDA
Creo que mis hábitos de lectura surgieron un poco por curiosidad un poco por genética. Mi madre es profesora, mi casa siempre fue un lugar con muchos libros. Estaban ahí, ¿cómo no...? Pero no puedo mentir y decir que soy una lectora temprana. Jamás diría que leí Cien Años de Soledad a los 6 años y... o que a los 9 me parecía que Marcel Proust... No, nada de eso. Fui una lectora tardía y rara.
Recuerdo un libro de cuentos infantiles, viejísimo. ¿Acaso de mis hermanos o más aún, acaso de la infancia de mi madre y mi tío? Recuerdo un cuento: Azulita rompetacones. Después Las mil y una noches. Luego viene un libro fundamental en mi preadolescencia. No, no fue Demian ni el Lobo Estepario. Eran las aventuras de Sherlock Holmes. Pronto las aventuras se acabaron y llegó a mi otra novelilla: El prisionero de Zenda, ¿de quién? Llegaron las biografías: de María Conesa a Isadora Duncan pasando por la Woolf y otro par de suicidas.
Supongo que luego las cosas tomaron su propio orden (que no natural) pasé de Salinger a José Agustín (al que jamás volvería). Llegó Pacheco. Pasé, por supuesto, por las páginas de la Isabel Allende de La casa de los espíritus y de la Mastretta de Arráncame la vida. Me hicieron leer Juan Salvador Gaviota. La mañana debe seguir gris es de esas novelas a las que me gustaría volver. Llegaron los amores en los tiempos del cólera, los cien años. Llegó Joyce. Descubrí el mundo con Dublineses. Faulkner y Hemingway. Barthelme. Luego llegaron los rusos. Los franceses, españoles, norteamericanos, argentinos y cuando menos lo imaginé el tiempo había pasado y yo ya me había graduado en una licenciatura en letras.
Me encuentro años más tarde con un estante con turcos, marroquís, austríacos, sudafricanos, húngaros y toda una rareza de autores a los que ignoro cómo llegué.
Cada libro representa un momento. Hay libros a los que volvería, libros a los que no. Libros que siempre. Escribo esto porque leo Las películas de mi vida de Alberto Fuguet, y de Fuguet y de esta novela pueden decir lo que sea pero nadie puede negar el dejo de nostalgia por las películas o en este caso, los libros de la vida de uno que despierta el autor.
Básicamente podría escribir un post sobre mi vida con cada libro que leí.
Pero, claro, no lo voy a hacer.
Recuerdo un libro de cuentos infantiles, viejísimo. ¿Acaso de mis hermanos o más aún, acaso de la infancia de mi madre y mi tío? Recuerdo un cuento: Azulita rompetacones. Después Las mil y una noches. Luego viene un libro fundamental en mi preadolescencia. No, no fue Demian ni el Lobo Estepario. Eran las aventuras de Sherlock Holmes. Pronto las aventuras se acabaron y llegó a mi otra novelilla: El prisionero de Zenda, ¿de quién? Llegaron las biografías: de María Conesa a Isadora Duncan pasando por la Woolf y otro par de suicidas.
Supongo que luego las cosas tomaron su propio orden (que no natural) pasé de Salinger a José Agustín (al que jamás volvería). Llegó Pacheco. Pasé, por supuesto, por las páginas de la Isabel Allende de La casa de los espíritus y de la Mastretta de Arráncame la vida. Me hicieron leer Juan Salvador Gaviota. La mañana debe seguir gris es de esas novelas a las que me gustaría volver. Llegaron los amores en los tiempos del cólera, los cien años. Llegó Joyce. Descubrí el mundo con Dublineses. Faulkner y Hemingway. Barthelme. Luego llegaron los rusos. Los franceses, españoles, norteamericanos, argentinos y cuando menos lo imaginé el tiempo había pasado y yo ya me había graduado en una licenciatura en letras.
Me encuentro años más tarde con un estante con turcos, marroquís, austríacos, sudafricanos, húngaros y toda una rareza de autores a los que ignoro cómo llegué.
Cada libro representa un momento. Hay libros a los que volvería, libros a los que no. Libros que siempre. Escribo esto porque leo Las películas de mi vida de Alberto Fuguet, y de Fuguet y de esta novela pueden decir lo que sea pero nadie puede negar el dejo de nostalgia por las películas o en este caso, los libros de la vida de uno que despierta el autor.
Básicamente podría escribir un post sobre mi vida con cada libro que leí.
Pero, claro, no lo voy a hacer.
2.5.07
CRÉDITO
Después de las carreras, después de dos semanas de lee y lee, escribe y escribe pude tener un fabuloso fin de semana. Me levanté como mínimo a las diez de la mañana sábado, domingo, lunes y martes. Mi casa no había lucido tan limpia y arreglada desde enero. Mi vida no había lucido tan tranquila y arreglada desde nunca. Seguramente el medicamento debe llevarse su crédito, pero no le neguemos el suyo al puente, a la quincena, al buen humor del hijo, al vino con la trejo, a los hot cakes de mamá, a las pizzas y a los juegos de mesa con los aguilar, a los brownies con las godoy, al control remoto, al té helado, a las páginas de Fuguet, a las tostadas con picadillo, al aire fresco de las seis de la tarde.
Estos son los créditos que me gustan.
Estos son los créditos que me gustan.
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