Ibamos rumbo a comer algo previo a la lectura. Ibamos contentos, ibamos riéndonos. El Tambor y el Omar enseñaban al de siete cómo ligar a una niña. Olivia y yo hablábamos curiosamente, de carros. Estábamos en el semáforo del costco, la luz se pone verde, no avanzamos inmediatamente pero el de atrás decidió que verde es avanzar sin importar lo que estuviera enfrente y BUMP se nos viene encima. Tremendo golpe y susto.
El Tambor, lindo él, agarró bien al de siete. El peque no se lastimó, nadie se lastimó. Just me. El fiesta rojo tiene un pequeñísimo golpe trasero y el orgullo herido.
Con el tiempo encima, llegamos a la lectura. Creo que salió bien pero yo tenía un dolor intenso. Después fuimos al hospital y después de inyectarme, pasearme en bata sobre silla de ruedas por todo el hospital para radiografías y revisiones tuvimos el resultado: esguince cervical. Sí, heme por cuarta vez en mi vida con un collarín. Dos semanas sin el glamour de siempre, queridos.
Dice el Omar que por el resto de mi vida, cuando salga de mi casa voy a tener que agarrar siempre la bolsa, las llaves y el collarín por si las dudas. PUF.
Se aceptan mensajes, llamadas, flores y licuados de fresa con granola (también sushi, alitas, pizza...)
3.6.06
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2 comentarios:
Que mal onda, pero lo bueno es que los brujos de Tj estan ahi,
Prometo manejar con precaucion cuando andemos en los enbotellamientos...ahora en su venida a TJ
Saludos
Te ví en Horas con el collarín y me imaginé algo así. Lo bueno que el Omar es experto en arte instalación. (¿qué dije?)
Saludos.
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