El destino es una cosa loca.
La voluntad es una cosa menos loca, de hecho puede ser muy cuerda.
El destino juega vencidas con la voluntad.
Dependiendo el día, la hora y/o la situación, gana uno o gana la otra.
Uno puede modificar a la otra.
O al revés.
No sé.
Pero me sigue pareciendo como lindo que estas palabras, capaces de modificarnos a su modo, aparezcan en un diccionario con aqueeeella sencillez. Como si sólo fueran eso, palabras y no cosas locas o cuerdas: capaces de modificarnos a-su-mo-do.
DESTINO.
(De destinar1).
1. m. hado (fuerza desconocida que se cree obra sobre los hombres y los sucesos).
2. m. Encadenamiento de los sucesos considerado como necesario y fatal.
3. m. Circunstancia de serle favorable o adversa esta supuesta manera de ocurrir los sucesos a alguien o a algo.
VOLUNTAD
(Del lat. voluntas, -ātis).
1. f. Facultad de decidir y ordenar la propia conducta.
2. f. Acto con que la potencia volitiva admite o rehúye una cosa, queriéndola, o aborreciéndola y repugnándola.
2.12.05
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