La verdad es esta: fui a que me patearas el culo... a que me dijeras de una buena vez lo que en realidad argumentabas desde la primera vez: no somos compatibles. Por supuesto que tus argumentos son tan vanos como tus besos. Tan frágiles como tu deseo. Si pudieras, serías capaz de decir que incluso el tamaño de tus lunares no combina con el tamaño de los míos. Todo con tal de terminar conmigo... de patearme el culo, pues.
Yo qué te puedo decir, no te voy a convencer de que tus lunares (redondos o no) (combinables o no) son un manjar. No hay argumentos suficientes (por lo visto tampoco besos, abrazos o palabras) que logren hacerte ver que esto podría funcionar. Además, no tiene caso, yo me hice a la idea y si fui a verte fue solamente a eso, a que me patearas el culo de una buena vez, así que ahorrémonos los sutiles "no eres tú, soy yo" y patéame, patéame bien duro mamacita.
16.12.05
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2 comentarios:
fascinante. me sentí identificada.
Me encanto, igual me senti identificado con algun momento de mi vida.
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