Después de ver King Kong, y ser seguramente la única espectadora que lloró a moco tendido al final, llegué a las siguientes conclusiones:
1) Debo buscar un amigo parecido al Capitán del barco para que me saque de todos los apuros habidos y por haber... (especialmente del jijo ratón que vive con nosotros, ya casi en plan de mascota el muy wey desde hace un mes).
2) Quiero un King Kong en mi vida (no tan grandote y no tan peludo, tampoco tan animalesco) (meza, ahórrate los comentarios).
3) Me gustaría así cuando derrotada por aviones y metralletas (o críticos y editores) ser capaz de levantarme y golpear mi pecho una última vez (si es sobre el empire state mejor).
24.12.05
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1 comentario:
yo llore toda la pelicula.. no soporte tanto dolor, tanto abandono en el alma de los que si importaban..Y me sali antes de que no pudiera mas.. los deje patinando sobre la nieve, entendiendo que dentro de cada hombre hay un king kong, una bestia incomprendida...pero no soy una niña pelirubia con la paciencia de sacar lo mejor de algunos.
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