5.10.05

AQUÍ, NO SE HABLA DE ELLA (relato)

Aquí no se habla de ella.

No.

Así nos lo hizo saber él, golpeó la mesa en cuanto escuchó su nombre y dijo que ella simplemente ya no estaba, ya no era. Ya no existía. Nadie, ni mi madre, se atrevió a contradecirlo. Nadie, ni mis hermanos, se atrevieron a decirle que ella sí existía, en otro lugar, pero existía. Nadie, ni yo, dijo en voz alta que ella seguía siendo parte de nosotros. Desde ese día, aquí no se habla de ella. Su imagen se borró del álbum familiar. Su nombre desapareció como desaparece lo que amamos: implacablemente.

Vivimos en el abandono, somos su abandono. Somos lo que no cupo en su maleta, lo que no tenía lugar en su futuro. Somos, solamente, figuras imperceptibles de su memoria. Al menos eso creo que se dice él, cuando calla, cuando se sienta en ese sillón a fumar y a no decir palabra. Cuando sus ojos se pierden en el dibujo infinito del mosaico de nuestra casa.

Sí.

Aquí no se habla de ella.

Aquí, se piensa en ella.

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