Anoche conocimos a un par de argentinas: una cineasta y una periodista que están por cumplir un año viajando en carretera por sur,centro y norteamérica desde Argentina. Presentan cortos y documentales, graban y arman un catálogo. Las escuchamos con atención, preguntamos lo que seguramente les preguntan en todas partes: ¿qué ciudad les gustó más? ¿qué es lo más raro que han comido? ¿qué es lo más rico? ¿se han cansado la una de la otra? ¿qué es lo que extrañan más? y ellas respondieron como si fuera la primera vez que les preguntaban eso.
La charla se puso mucho más interesante cuando una de ellas volvió a una de las preguntas y confesó: lo que más extraño es la montaña. Su rostro cambió y de pronto estábamos con ella escalando el volcán más alto, sufriendo frío, sin energía pero con el deseo intenso de, como ella dijo, "hacer la cima".
Sé que hablaba de montañismo pero algunas cosas se acomodaron en mi cabeza y sé de mis tropiezos y de mis barbarismos elementales de mujer neanderthal pero entendí entonces que en realidad nada importa, lo que importa es hacer la cima.
La cima para este par de argentinas es hacer el recorrido de regreso a casa. Pero la cima ha sido también tocar tanta tierra y tanta gente.
Anoche he dormido divino, mi alma está tranquila y en mi cabeza hay una cima que habré de alcanzar.
14.10.09
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