Son las ocho de la noche y leo para mi hijo:
"Era una señora mala, terrible, espantosa,malvadísima. La peor de las peores señoras del mundo. La más malvada de las malvadas. Hasta que un día (...) todos (...) se cansaron de ella y prefirieron huir de allí porque temían por sus vidas.
Desde entonces, las plazas estaban vacías, ya no ladraban los perros en las calles ni volaban los pajaritos en el cielo ni buscaban flores las abejas.
Solo se oía el silbido del viento y el repiquetear de las gotas de lluvia contra los tejados de las casas. Fue así como la mala mujer se quedó sola, solitita, sin nadie a quien molestar o rasguñar."
Y pienso. Pienso.
Mi hijo pregunta: ¿hay señoras así?
Sí, las hay.
El texto, por cierto, es el más famoso cuento para niños de Francisco Hinojosa.
24.9.06
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