Leo como si hambre.
Leo como si voyeurismo.
Leo como si nada más.
Leo Ni de Eva ni de Adán de Amélie Nothomb, es mi primer encuentro con esta autora que busca y encuentra luces, reflectores y lectores. La atención está puestá en ella porque así lo quiere ella. Con decirles que hasta los mosquitos se sienten seducidos por ella (página 112, lo juro). Ella quiere que la idolatren. Comencé este libro segura de que la iba a aborrecer. Pero no es así, Nothomb es dueña de un cinismo cautivante. Un cinismo del que muchos deberíamos aprender. El Japón del que me han hablado Murakami y Yoshimoto es completamente otro en los ojos de Nothomb.
Así que si tienen hambre, ganas de ver o nada qué hacer. Lean a Nothomb (e idolátrenla como ella quiere).
Leo como si voyeurismo.
Leo como si nada más.
Leo Ni de Eva ni de Adán de Amélie Nothomb, es mi primer encuentro con esta autora que busca y encuentra luces, reflectores y lectores. La atención está puestá en ella porque así lo quiere ella. Con decirles que hasta los mosquitos se sienten seducidos por ella (página 112, lo juro). Ella quiere que la idolatren. Comencé este libro segura de que la iba a aborrecer. Pero no es así, Nothomb es dueña de un cinismo cautivante. Un cinismo del que muchos deberíamos aprender. El Japón del que me han hablado Murakami y Yoshimoto es completamente otro en los ojos de Nothomb.
Así que si tienen hambre, ganas de ver o nada qué hacer. Lean a Nothomb (e idolátrenla como ella quiere).
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