Ayer hice la fase 1 de lo que he llamado LIMPIAGENERAL. No se trata únicamente de sacudir, trapear y barrer (no se preocupen sólo el orden lo puse como me dio la gana pero juro que barrí y luego trapee y no al revés). La LIMPIAGENERAL implica comenzar a deshacerse de objetos que tienen siglos en casa, que no se utilizan, que ocupan lugar y que estoy cansada de ver. Por lo pronto he llenado tres bolsas de plástico. Entre plastiquitos de esto o de aquello, cremas que caducaron en el 2005, botellas prácticamente vacías de body lotion o de pintura de zapatos, papelitos con anotaciones que perdieron validez, brochecitos, partes indescifrables de muñecos desaparecidos, las bolsas fueron engordando. También saqué dos pantalones y una falda que creo que no me pongo desde el 2003 (y que conste que no es porque no me queden porque sí, me quedan) y espero en un rato más entrarle a blusas y camisetas.
El hijo se va hoy a pasar la tarde con su papá y la otra mitad de su familia. Así que tendré licencia para realizar la fase 1 en su cuarto. Pero sssht, no le digan. Con suerte no notará las ausencias ahí.
La fase 2 de la LIMPIAGENERAL implica hacer una revisión de películas y libros y hacer un acomodo práctico (a poco pensaron que se trataba de acomodarlas alfabéticamente?), sacar una maleta de libros y películas que tenía en mi oficina y que necesitan hospedaje aquí, también sacar dos enormes cajas de plástico que están bajo la cama. Una tiene copias de lecturas que hice para la maestría y la otra tiene discos. Esa es la parte delicada de la fase 2. ¿Me desharé de ellos? No lo sé, sinceramente, no lo sé. A las copias puedo editarlas, quedarme con aquellas que sé que utilizaré. Los discos ya los tengo todos en mi mac (a pesar de que mi doctor mac dice que es momento de guardarlos en una memoria externa porque ocupan demasiado espacio) así que puedo deshacerme de ellos pero, ¿podré deshacerme de ellos?
Anyway, ya se me acabó el receso, volveré a la LIMPIAGENERAL.