Fui a ver Star Trek con dos de mis amigas el sábado pasado. Corrección: ARRASTRÉ a dos de mis amigas a ver Star Trek. La una y la otra deben quererme mucho porque llegamos tarde a un cine y tuvimos que ir a otro y, para colmo, llegamos y ya había comenzado. A nadie le gusta ver las películas ya comenzadas (excepto a mí que tengo vicio por la inferencia). Ellas no lo sabían (aunque lo averiguaron después) pero Star Trek representa mucho para mí. Star Trek es la casa en Villa Satélite y la sala de tele frente al patio y el sillón y las palomitas con coca-cola al lado de uno o dos de mis hermanos, es no entenderlo todo pero de todas maneras sorprenderse, es ver a los actores moverse de izquierda a derecha para representar que la nave lucha bajo una estrella de meteoritos. Es la chica en minifalda y los cardigans pegaditos. Es mi hermano y mi otro hermano. Es la infancia. El mundo antes de. Es la emoción. Es mi hermano Alejandro y mi hermano Gerardo. Las palomitas, la coca-cola. Spock. Kirk. Es la parte de la infancia que más disfruté.
Quiero volver a verla.
El ideal sería verla con uno de ellos o con los dos.
¿No odian ustedes cuando su ideal es algo difícil de cumplir?
18.6.09
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