"Esta ciudad está triste, los pájaros vuelan a un ritmo más lento, casi rozando el suelo. Nosotros caminamos y nos miramos. No sabemos si queremos avanzar o abrazarnos a un árbol, a un poste o a un niño, y llorar. Hasta el calor, que suele ser agresivo y abrasador, no sabe qué hacer, no sabe qué ser. Hace como hacemos todos en estos días: si hacer lo suyo o alejarse un poco; si hablar del clima o de su indignación; no sabe cómo dejar salir la tristeza y ha olvidado cómo llorar. Esta ciudad se acerca a los rincones, en silencio, la luna de estos días fue testigo.
Esta ciudad extraña a sus niños, persigue sus risas en cada globo que se eleva. A esta ciudad le faltan sus canciones, sus sueños; quiere escuchar sus palabras, y sólo hay silencio. Espera por esas palabras sinceras, de aceptación; palabras solidarias de reconocimiento, de culpa. Palabras que laven el dolor, que alejen la tristeza. Palabras que se transformen en viento, porque desde hace unos días, la tristeza se ha instalado en el cielo, en las nubes, en los ojos.
Mañana nos reuniremos para caminar en silencio, para acompañar a los padres, a los hermanos, a los amigos, para abrazarnos a un árbol y decirle cuánto extrañamos a sus niños. Mañana caminaremos para no olvidar, para recordar lo que éramos antes de ser fuego".
1 comentario:
yo ando de una sentimentalidad enorme. Lo leí en su blog y lo volví a leer hoy aqui y se me vlvió a poner el ojo de Candy.
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