El de diez, mi preadolescente con tintes de madurez, está viviendo un momento altamente crítico. Tiene una maestra que se jubiló hace siglos y volvió al magisterio pero que apenas puede con su alma y tiene, como compañeros, a cinco niños que parecen salidos de Tiempos Violentos de Quentin Tarantino. Entre la semana santa real y la semana santa del virus ha perdido clases y ya de por sí el grupo en general estaba atrasado.
El caso es que cuando tu hijo de diez años te dice: me siento frustrado, siento que no he aprendido lo suficiente y que no estoy listo para pasar del cuarto al quinto, te dan ganas de llorar, de orgullo, de tristeza, de nosabesqué y le dices convencida: por supuesto que estás listo para el quinto grado.
Lo veo bajarse del carro, caminar con su mochila que pesa más que él mismo y pienso que parece que le pagan por crecer.
4.6.09
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4 comentarios:
Mi vida!!!! Que orgullo para su mamá, que tristeza para el sistema, y que niño más lindo tienes. Con esa conciencia, se me ocurre que deberíamos organizarle una conferencia con los alumnos de la unison que se fueron de "vacaciones" durante la huelga no?
noooombre si mi hijo hubiera tenido una conversación con dorotea, jamás se hubiera alargado tanto la huelga, o la convence o la marea de lo mucho que platica, jiji...
gracias por visitar esta casita!
pobre señor wafle, tan listo y tan este mundo U_U
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