Creo que debo admitirlo: prefiero mi casa que cualquier otro lugar. En estos días me ha costado más trabajo que nunca dejar la casa. Y cuando estoy fuera, me tiembla el piecito por volver. ¿Será que soy más huraña y ermitaña en el 2009?, me pregunté unas cuatro veces y media. Pero no, ayer me di cuenta de que es mucho más sencillo: me gusta y ya.
He vuelto a cocinar, lo cual es algo bueno. He vuelto a tener ganas de acomodar esto y aquello. He vuelto a pensar que no importa sus minidimensiones: es un espacio propio. A pesar de que es una casa muy fría (malditas construcciones de bloque en medio de la nada) es una casa cálida. Llegar es un abrazo.
Esta mañana, mientras le echaba llave para irme al trabajo, la vi, ay que ganas de quedarse me dije.
Siento que sonrió.
Mi home sweet home.
12.1.09
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
2009: El año de la unidad ermitaña. Solidaridad ermitaña desde mi casa a la tuya.
Publicar un comentario