23.3.08

ERMITAÑA

Desde el sábado 22 de marzo a la 1 de la tarde no salgo de casa y, si por mi fuera, no saldría hasta que llegara el 30 de marzo (que es payday). Estoy en mi mejor y mayor plan de ermitaña. Recibo llamadas y visitas (aunque a veces apago las luces y el celular y juego a que nobody is home). Me gusta mi casa, ¿qué quieren que haga? me gusta mi casa y mi cama y mis paredes y que las distancias sean tan cortas aquí adentro que en un tris uno pueda ir a la cocina, robar algo del refri, llegar al baño, verse en el espejo o asomarse por una ventana.

Este es el plan de la semana siguiente: ir a trabajar, volver y no salir de casa. No visitar a nadie y dedicar mis días a mí, a mi hijo y a la lecto-escritura. Así que, diría Rotten, hasta para ser ermitaña soy geek.

No, no estoy peleada con el mundo, es sólo que el mundo ahora necesita que yo esté en mi casa de paredes naranja y café, sitiada en mi epidermis (de ermitaña).

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