Desde esta semana en la caminata de los veinte treinta minutos llevo acompañante. Niño de ocho trepado en su bici va atrás o va adelante o va a un ladito. Me pongo sólo un audífono para estar al pendiente del pequeño a quien no le para el pico. Estamos en eso, en los veinte treinta y entonces suena Lollipop de Hidden Cameras, ¿cómo no comenzar a caminar más rápido? ¿cómo no comenzar a cantar "when the rhythm stops, when the rhythm stops, oh when the rhythm stops..."? Y entonces el de ocho me suelta una frase que quedará grabada en los anales de la memoria:
- Ay mamá, de veras me inquietas.
19.10.07
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