Hablábamos del amor y sus demonios. Creo que más de los demonios. Compartimos experiencias como si no fuéramos una la mamá y la otra la hija sino dos amigas tratando de encontrarle sentido a las cosas. Cuando íbamos a despedirnos me dijo, aprovecha ahora que eres altamente correspondida. Y sonrió con una complicidad encantadora.
Mi madre, con frecuencia, es altamente encantadora.
11.4.07
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