El terror del mundo adulto llega siempre cuando uno menos lo espera. No llega nunca cuando uno es adulto. Llega antes. Nunca es como a uno se lo platican, como uno lo imagina. Está en una sábana, en una página, en una fotografía, en el zinc de la cocina. En el auto de papá o en las manos de mamá. Se asoma. Y hay quien lo ve de frente, le reta, hay quien le da la espalda, lo ignora, y hay quien cierra los ojos, como para no sentir. Esta tarde aprehendí eso con david couette y hace unos meses con eleni sikelianos. Me parece que la película de uno y \ el libro de la otra, son las imágenes del terror del mundo adulto. El terror de ser adulto. Palabras con la dureza necesaria. Y es que ¿hay otro modo?
¿Y qué pienso yo del terror del mundo adulto? No lo sé. Yo, yo soy de las que cierra los ojos. Como para no.
31.10.06
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
qu[e horror ser adulto.
Lo bueno que muchos nunca llegaremos a serlo.
saludos lejanisimos.
La cosa esta en no sentir, ni actuar como ellos...
Publicar un comentario