Los tres días en Chihuahua fueron experiencia sobre otra. Calles limpias, caras sonrientes, semáforos con cronómetro para peatones, quintas maravillosas y lo mejor: historias divinas. Espero poco a poco ir subiendo mi versión de Chihuahua, aquí.
Conocí a Liliana Pedroza, por fin! y a Jaime Romero, otra vez!
Aquí entre nos, sí me veo viviendo allá, enseñando allá y escribiendo allá. Caminando por el bulevar Bolívar y visitando una y otra vez La Quinta Gameros.
Lo mejor fue recorrer lo que se llama La Carretera Paisano un día después de tan asombrosa marcha en Estados Unidos.
26.3.06
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