La verdad es que uno ya no sabe ni por dónde puede llegar.
Uno imagina que ir por su hijo al kinder es la cosa más sencilla del mundo. Y en parte lo es. Estacionas el carro, caminas, entras hasta el salón hasta que su profesora lo llama y le dice: "ya llegó tu mamá".
Así ocurrió ayer.
Pero, al salir, justo cuando íbamos a subirnos al carro, escuchamos a una señora gritar: "Se lo robaron, se robaron a mi bebé!!" Pronto, un carro se detuvo frente a ella, ella explicó brevemente, se subió y se dieron a la persecución.
¿Qué pasó? ¿Lo dejó en el carro? ¿Se lo arrebataron mientras caminaba con él?
No lo sé.
Una señora me explicó que con seguridad se trataba de su mamá (la abuela del peque) porque se llevaban muy mal y siempre discutían.
Yo no lo sé.
Sólo sé que la ocasión abrió el tema entre mi hijo y yo de nuncanunca hablar con extraños, uno no sabe ni qué puede pasar.
Sólo sé que se me quedó un huequito en el alma todo, todo el día.
25.1.05
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