El día que intenté hacer tortillas de harina con mis manitas me di cuenta que no estoy construida para eso. No sé tortear (ejem). Simplemente no sé tortear. A mí déjenme las de maíz esas sí que las sé hacer, hasta los sopes me salen retebonitos. Pero las de harina nomás no quedaron: el resultado fue un adefesio chueco y tieso.
Es la historia de mi vida. Estoy escindida. Me explico: mis padres son del DF, se vinieron a Sonora en 1970, con tres de sus hijos y con todas las costumbres típicas del sur que tienen que ver con cosas que ni se pueden imaginar que van desde la cocina hasta la habitación.
Yo, entonces, soy la única de la familia que nació aquí. Soy sonorense por acta y defeña por genética o algo así. Y desde que recuerdo mi mundo está escindido. Porque me gustan las tortillas de harina pero en casa sólo se hacían de maíz. Porque me gustan los frijoles de fiesta pero en mi casa eran frecuentes los frijoles negros. Porque yo le pongo plátano al arroz y me ven rarísimo, porque yo hablo de usted a medio mundo y hasta enfado de tan atenta. Porque yo no pronuncio noshe sino noche. Porque me han llegado a decir que soy medio guachita (guashita) y no sé qué me cae más gordo si el término o el diminutivo. Y no me malentiendan, me gustan los frijoles negros, las tortillas de maíz, me gustan las albondigas que hace mi mamá. El mole, su acento... peeeeero: en mi casa no hay ni tamales ni menudo en año nuevo!! ¿comprenden la tragedia?
Vivir en el DF no es una solución, allá tampoco soy de allá. Allá en un tris me pescan el acento norteño aunque luego me digan: ¿Qué no las de Sonora son muy altas? Allá me piden que baile quebradita y nel, nosénicómo. Y sin embargo, allá soy sonorense.
Es un lío.
Mi vida se escinde entre el champurro y el atole, entre los tamales de carne y los oaxaqueños, entre el mezcal y el bacanora (esta es pura presunción pues nunca he tomado ni uno ni otro), el maíz y el trigo, entre la ch y la sh. Por eso quise aprender a hacer tortillas de harina y asumir mis dos personalidades sin que hubiera conflicto. Pero no me salieron. No estoy construida para ello. Así que seré madura, inhalaré y exhalaré y ai les vengo que voy al Oxxo por un paquete de tortillas de harina.
5.1.05
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4 comentarios:
Siquiera tienes pretextos, ¿pero qué nos queda a las sonorenses hijas-nietas-bisnietas-tataranietas-etc de sonorenses que no sabemos hacer tortillas de harina, ni menudo, ni pozole... y que no somos tan altas y bellas como se supone deberíamos ser?
JIIIIIJOLES... ni cómo ayudarlas, ¿no?
Como decía mi abuela cuando le reclamaban por las tortillas no muy redonditas: ni que te fueran a entrar rodando...
Yo por eso ni batallo. Mejor me dirijo al burro feliz y ahi siempre tienen de todito.
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