11.11.03

UNA NO HABLA DE ESTO (un poco sobre los silencios)

Una se calla.
Una no dice nada cuando papá y mamá pelean y apenas se tienen 5 años.
Una no habla sobre la soledad de los 7 años.
Una no opina cuando los padres dicen estamos juntos por ti.
Una no pregunta a mamá por qué grita ni a papá por qué calla.
Una no dice a sus amigos que no tiene abuelos y que sus abuelas murieron jóvenes.
Una disfruta pasarse horas bajo el agua de la regadera. O dibujando bajo el sauce llorón del patio familiar.
Una calla.

Una no le confiesa al compañero de mesabanco, con quien discute la mayor parte del tiempo, que sus ojos son los más bellos.
Una no dice a la maestra, que es también la mamá, que no quiere bailar con el resto del grupo.

Una no sabe qué hacer después de que, una buena mañana, amanece y no es niña y sin embargo lo es.
Una lee El Retrato de Dorian Grey a escondidas.
Una conoce a otra que leyó Demian a escondidas y ambas intercambian libros.

Una toma libros del librero de la sala.

Una oye a Pink Floyd y no sabe por qué, pero le gusta.
Una se graba la imagen esa del triángulo cruzado por un arcoiris. O algo así.
Una no se lo platica a sus amigas con quienes escucha Flans.

Una no sabe qué estudiar.
Una viaja.
Una decide.
Una se equivoca.
Una trabaja, algo hay que hacer, se dice.
Una da clases a los 18 años y nadie la toma en serio.
Una decide. Otra vez.
Una se inscribe en la Universidad y saca feliz sus primeras fotocopias para leer, pues su padre ha dicho que él no le comprará libros para esa carrera.
Una, calla.
Una, ignora.
Una saca copias.

Una conoce a uno.
Uno se enamora de una. Una se enamora de uno.
Una y uno se convierten en Unos. Por un tiempo.

Una sobrevive la universidad con café, coca-cola, tostitos, canciones de Kate Bush y REM, novelas latinoamericanas y cuentos norteamericanos.
Una compra discos.
Una escribe.
Una compra libros.
Una deja que los años pasen entre cuentos, ensayitos, viajes, abrazos, gritos, risas, olvidos, encantos y desencantos.
Pero una, pocas veces habla de esto.

Una no habla de su hermana que ya no está.
Una no habla de su hermano que tampoco.

Una no habla de todo esto.
Una vive con todo esto, primero a regañadientes y luego como si fuera un tatuaje hermoso que le ha hecho un tipo barbón, que escucha a Metallica. Una acaricia su tatuaje, lo observa, lo muestra a pocos y lo atesora para ella.

Una, no habla de esto.

Una, sin más, escribe de esto.

1 comentario:

Kevin =) dijo...

Mi parte favorita de tu novela ;)