28.3.08

OOPS, THEY DID IT AGAIN


La culpa, como siempre, la tienen los de atrás. Los que ven el verde y aceleran sin pensar en que primero tiene que acelerar el que está adelante de ellos. Los que ven un ligero movimiento de llanta y aceleran sin pensar más que en avanzar y acabar con el cuello del conductor del otro auto. Sí, volvió a pasar. Un wey le pegó a mi carro. No, al carro no le pasó nada, un rasponcito. Me bajé, revisé, envié la peor de mis miradas al tipo que ni se dignó a disculparse o a bajarse de su auto y me fui.


Manejaba al infinito y más allá, oséase al Tec (que como algunos de ustedes saben está en el infinito y más allá de esta ciudad) y el dolor entre espalda alta y cuello, aumentaba, aumentaba, aumentaba.


No he ido al médico, realmente hoy es un día en que TENGO que estar aquí por un par de clases y una junta imprescindible. Luego, lo juro, voy al médico para que me diga lo que yo ya sé y me ponga lo que yo ya conozco tanto como a la palma de mi mano.


Me duele, pero no es el fin del mundo.


Tómese usted este post no como una persuasión a que usted sienta lástima por una sino simplemente como la catarsis de una, una con una vértebra ligeramente deslizada.


FIN.

1 comentario:

adorable esparraguito dijo...

sana sana, colita de rana. Chivis, ya hace muhcoq ue not e saludaba. Besotes!!!