15.10.07

NO HAY QUE DESPEDIRSE

Eran las siete de la mañana, cuando un teléfono suena a esas horas las noticias generalmente no son buenas. Tardé en contestar. No sé, no sé. Finalmente dije "¿bueno?" y al otro lado de la línea, al otro lado del mundo escuché mi nombre. Mi nombre en diminutivo y su voz diciéndome "Soy yo, soy yo. Soy tu hermana". Quizá para cualquiera de ustedes oír su nombre en diminutivo y una voz diciendo "Soy tu hermana" sea muy natural. Para mí no. Eran tantos los años como tanto el silencio. Como tanta la nostalgia.

Te pregunta: "¿cómo has estado?" y tú no sabes qué decir, en unos segundos pasa por tu mente decirle "bien pero..." y en el pero están los últimos años de vida, de tropezones, de lágrimas, de muertes cercanas, de medicamentos, de cambios, de ser la depositaria de los sinsabores de papá y mamá; en el pero está la escritura que no alivia pero que está, en el pero está lo difícil de ser papá y mamá al mismo tiempo, de ser una al mismo tiempo. Detienes esa ola de ideas y le dices: "Bien, bien". Ella, por su parte, sin que tú se lo preguntes, te repite una y cuatro, cinco veces: "yo estoy bien, estamos bien, no te preocupes". En su insistencia está tu certeza. Lo que está detrás del "bien, bien"

Le dije a mi hermana "te sueño mucho" y ella dijo: "¿que me extrañas mucho?, yo también te extraño mucho". No, no le dije eso, pero no importa porque soñarla es eso: extrañarla. Luego de un resumen bárbaro sobre los últimos años, mi hermana me dice: "no sabes cómo te sueño". Sonrío.

La llamada se cortó. Su tarjeta de ocho minutos se terminó.
Tal como ocurrió hace cinco años, mi hermana y yo no pudimos despedirnos.
Pero eso está bien.
No hay que despedirse.
No.

2 comentarios:

mar adentro dijo...

Ojalá este post tenga más de realidad que de ficción. Ojalá las cosas importantes fueran así.

Bien, bien...todos estamos bien, cuando hay que encontrarse frente a un momento así, todos estamos bien.

Un abrazo.

Miss Violence dijo...

Un abrazo fuerte fuerte. Podría decir, pero no, ya sabes que leer esto me emociona hasta la médula. Que bueno oír la voz tan añorada. Un beso desde acá.