19.7.06

TARDE IMPERIAL (con final nevado)

Pues sí, ayer trabajamos arduamente hasta que nos corrieron de las oficinas del FCE. Nos encaminamos después a la caza de comida, siempre no fue filipina. Paramos en Henry's, una grocery store donde a uno se le antoja todo, para comprar dos botellas de vino. Pagamos dos dólares cada uno por un superpaquete de mixed vegetables con tofu en un lugar mandarino. Luego JP quiso quitar a Miranda y la música estuvo un poco balín por treinta minutos. Decidimos no hablar de proyectos y no hablar del lab una vez que llegaramos a Imperial Beach. Dejamos de hablar de proyectos y del lab mucho antes de llegar a Imperial Beach.

Nos encontramos con que las aguas de Imperial Beach estaban contaminadas (y uno pensando que eso sólo pasa en Playas de Tijuana), sin embargo (al igual que en Playas de Tijuana) eso no detuvo a la gente de surfear y nadar. A lo lejos y a lo cerca de la orilla, varios delfines nos saludaron. Unos niños cerca de nosotros jugaban, varios andaban descalzos, dos en tenis, uno se cayó y se lastimó la pierna y otro dijo en cuanto esto pasó: now we have to eat quickly.

Después de la dosis de mar, arena, piedras y caídas nos metimos a la sociedad gringa más gringa, es decir a un bar. Un bar donde todas las historias del mundo parecían ocurrir en el mismo instante en que entramos. Jenny pidió una Murphy, JP se disparó un pichel de coors para él y para mí. Hablamos de la disfuncionalidad familiar, de las enfermedades de los ojos, de sexo y de otras cosas que parecían no tener sentido y al final lo tenían.

Cerramos la tarde imperial atascándonos de helados peanut butter perfection cup en Cold Stone.

1 comentario:

John Pluecker dijo...

una tarde que voy a recordar. qué lindo relatito. jp