EN LA CIUDAD DE SYLVIA

En la ciudad de Sylvia, es una película que no he visto. Espero a que Natalia tenga niñera para poder verla con ella, ella es quien me ha dicho que la están exhibiendo y que pensó en mí.

Pienso en el título. Pienso en mí.

Lo tecleo en el google y por alguna razón lo primero que me aparece es Sylvia Plath y la reciente muerte de su hijo. Un suicidio, también. La madre con gas, el hijo con una soga. Me pone un poco triste. Plath fue importante para mí en algún momento. Pienso en su poema Mushrooms. Mi favorito.

Tecleo otra vez y me encuentro, finamente, con una sinopsis de la película. Leo.

Pienso.

En la ciudad de Sylvia (en el de ésta Sylvia y no en el de la película) hay una casa silenciosa, apenas el dulce sonido del atrapasueños que está en la puerta de entrada, el viento lo mece. En la ciudad de Sylvia hay preguntas. Hay un par de trastes sucios. Un celular mudo. Un libro sobre el escritorio. Un vaso de agua. Una extraña sensación. No hay persecuciones ni tranvías, nadie busca en esta ciudad a Sylvia. Y no importa Sylvia sabe dónde está y con frecuencia sabe a dónde va. Y cuándo no, pues piensa que ya se le ocurrirá porque como dice la Plath: "We shall by morning/inherit the earth./Our foot´s in the door."