Me gusta manejar. Lo hago desde los 16 años. Y con el paso del tiempo he descubierto esas pequeñas cosas dentro del manejo que he llamado secretamente placeres automovilísticos. He aquí.
Mi placer automovilístico uno tiene que ver con el estacionamiento, se divide en dos etapas.
Etapa Uno: Encontrar un lugar de estacionamiento inmediatamente apenas avanzando, a veces sin siquiera tener que buscarlo: ahí luminoso un lugar justo para mí. A esta etapa del placer un novio que tuve lo llamaba Crimen Perfecto.
Etapa Dos: Después de encontrar el lugar, lograr estacionarme en tres dos movimientos, una reversa, el acomodo al frente, otro poco atrás y listo. En ocasiones he logrado estacionarme en dos movimientos.
Este placer automovilístico me hace sentir así como un chofer non plus ultra. Creo que hasta bajo del carro caminando arrolladora.
2.5.06
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