Ya llegó la comitiva tijuanense al Horas de Junio. El Pimienta y el Tumper. Nos falta el Rafa. ¿Llegará, no llegará? Seguiremos informando.
Ya supe que sí voy a leer, que sí me toca el viernes. Y he decidido que leeré material de mi nuevo libro de cuentos. Agárrense porque desde que leo a la Jelinek, a la Kincaid y a Bernhard ando muy tremenda.
31.5.06
HOY
Hoy comienzan las Horas de Junio, ya sé ya sé me van a decir ¡pero si todavía es mayo! y yo no voy a tener argumentos. Así que ahórrenselo.
Me toca leer el viernes en la tarde, dicen.
Me toca leer el viernes en la tarde, dicen.
30.5.06
YO, DUELO
- Mamá ha muerto. Me lo han dicho por teléfono esta mañana. Tomaré el primer avión de la tarde, tan pronto presente mi último examen.
- Llego a casa con el paso de quien tiene prisa y el rostro de quien no. Busco en mi clóset la ropa adecuada, descubro que el negro está ausente en mi vida. Encuentro a lo lejos, casi sin estar, un pantalón un poco deslavado y un suéter negro que no recuerdo cuando compré. Los meto a la maleta.
- A punto de salir, pesco un libro. No quiero leer nada que tenga que ver con la tesis. Termino llevándome algo de Socorro Venegas.
- Dentro del avión, a una hora de llegar, leo el cuento “Pertenencias”, la autora habla de la voraz memoria de los objetos. Me gusta el desaliento de su frase. La subrayo.
- Han perdido mi maleta. He pasado una hora en el aeropuerto haciendo los trámites del reporte. A nadie parece importarle que se ha perdido. A nadie parece interesarle mi tiempo. A nadie parece conmoverle que mi madre ha muerto. Nadie ha venido a recogerme.
- Tomo un taxi pero no sé a dónde dirigirme. Le he dado al chofer la dirección de mi casa, si no hay nadie ahí entonces voy a la funeraria.
- En el trayecto me pregunta si tengo calor, si me molesta el cigarro, si siempre soy tan seria, si me siento bien. Digo: sí, no, sí, no sé.
- No sé.
- El carro de mi hermano está estacionado afuera. Me alegro de que así sea. A punto de pagar se me ocurre pensar que quizá sólo sea el carro de mi hermano y él no esté aquí. Le digo al taxista que me espere. Me dice que sí y me da un kleenex. Supongo que he llorado sin darme cuenta. Veo mi reflejo en su ventana, supongo que mi duelo se presiente.
- Pienso en la palabra duelo. Duelo. Yo, duelo.
- Camino hacia la casa. Tengo la batalla de siempre con el candado de la reja. Observo el jardín, las mecedoras de mamá y sus macetas. La manguera y su naranjo. Estoy aquí. Aquí donde todo es conocido. Aquí donde todo es raro. Aquí donde crecí y viví.
- Estoy frente a la puerta. Adivino el interior y es entonces cuando me doy cuenta a qué he venido. Ella no estará del otro lado, no me recibirá con un abrazo, no me preguntará sobre la escuela. No me mostrará la nueva figura de cristal de su colección ni la reparación de aquel mueble. Tampoco me mostrará los cambios que hizo en su recámara.
Me doy cuenta de que no puedo estar aquí. Cruzar esa puerta será cruzar al vacío, al despojo. Observar de frente a la muerte que antes sólo presentía. - Mi madre ha muerto y yo lo he sabido esta mañana. Lo único que puedo hacer ahora es negarme a verla dentro de un espacio que no es el suyo. Lo único que puedo hacer ahora es verla con los ojos cerrados y lamentar su silencio. Lo único que puedo hacer ahora es admitir mi vulnerabilidad.
- Sus plantas, sus mecedoras, su naranjo, estarán solos. Sus figuras de cristal estarán serán presa del polvo. Los muebles habitarán donde mismo por siempre. Me convenzo de que es mejor alejarse, alejarse de la gente, de las casas y de los objetos cuando estos duelen tanto. Alejarse de la memoria que es tan cabrona.
- Dentro del taxi, tomo mi celular y hago unas llamadas, le pido al chofer que me lleve de nuevo al aeropuerto.
- Despegamos y tengo el libro de Venegas sobre las piernas y temo abrirlo. Deseo incluso no volver a leerlo, deseo borrar esas palabras que parecen hablar irremediablemente de las pertenencias de mamá.
- Llego a casa vacía, me topo de inmediato con la única figura de cristal que acepté de mi madre. La miro y Venegas me habla en el oído, me dice que nada puede saciar la voraz memoria de los objetos, la voraz memoria de los objetos, la voraz memoria de los objetos.
29.5.06
ALONSO VIDAL
Un día dijo: Si para amar es necesario arder pongamos el Sol sobre la mesa. Y otro día, ¿ayer, hoy?, no dijo nada. El silencio fue lo único sobre su mesa. Triste, triste la noticia de que ha muerto el poeta sonorense Alonso Vidal.
26.5.06
25.5.06
BIGOTONAS
Ay sí, muuuy ofendidas las mexicanas porque Tiziano Ferro nos dijo bigotonas. Yo digo que en vez de pedirle ofrezca unas disculpas con todos los medios presentes hay que decirle que nos mande alguna cera depilatoria italiana que no duela nadita.
Ahora séquense las lágrimas y guarden su dignidad para otro rato.
Ahora séquense las lágrimas y guarden su dignidad para otro rato.
FRASES DE OTROS
Tiene razón Alberto Méndez. En su libro Los girasoles ciegos, un personaje, incapaz de describir su dolor y su derrota admite que tiene que recurrir a frases de otros para hablar de sí mismo. He recurrido a frases de otros para hablar de mí. He recurrido a historias de otros para hablar de mí. He creado personajes para hablar de mí. Y no es que hablar de mí sea importante. Es que hablar, es importante. Especialmente "cuando la soledad te convierte en un despojo", dice el mismo personaje rumbo a su muerte.
24.5.06
PLACER AUTOMOVILÍSTICO CUATRO
Yo nunca he sabido si es un mito eso de cantar en la regadera, creo que nunca he escuchado a nadie hacerlo. Fuera de los "mamááááááá, pásame la toalllaaaaaaa" de uno que yo conozco, nunca he escuchado otra cosa provenir de la regadera. Yo no canto, en la regadera. Pero mi placer automovilístico cuatro es cantar mientras manejo. Es una sensación indescriptible.
Esto se lleva a cabo del siguiente modo. Primero tiene uno que tumbarse el rollo y bloquear por completo al resto de la humanidad automovilística. Luego, tiene uno que asegurarse de tener el disco, la estación, la canción, favorita, the one. Y entonces, ejem ejem, a cantaaaaar. El volumen, claro, debe casi casi rasguñar el límite soportable para el oído para, por supuesto, evitar escucharse usted mismo. Y eso suponiendo que usted canta como yo, eso es: que usted no canta at all.
Ya sea Shakira, Madonna, Radiohead, Interpol o cualquier reggaeton, el placer es básicamente el mismo: in fi ni to.
Esto se lleva a cabo del siguiente modo. Primero tiene uno que tumbarse el rollo y bloquear por completo al resto de la humanidad automovilística. Luego, tiene uno que asegurarse de tener el disco, la estación, la canción, favorita, the one. Y entonces, ejem ejem, a cantaaaaar. El volumen, claro, debe casi casi rasguñar el límite soportable para el oído para, por supuesto, evitar escucharse usted mismo. Y eso suponiendo que usted canta como yo, eso es: que usted no canta at all.
Ya sea Shakira, Madonna, Radiohead, Interpol o cualquier reggaeton, el placer es básicamente el mismo: in fi ni to.
23.5.06
LO QUE EL SPAM PIENSA DE MÍ
He tratado de actuar con infinita paciencia ante el spam. Trato de borrar los mensajes que llegan a dos de mis tres cuentas de correo tranquilamente, sin más. Click y punto, sin enojarse ni gruñir ni nada parecido.
Pero todo llega a un límite.
Si me dejara llevar por la emoción ya hubiera realizado un sabotaje de dimensiones atmosféricas y todo porque he llegado a la conclusión que de acuerdo a los canales de ventas o de virus dentro del internet:
- Zeleny sería mi nombre y no mi segundo apellido.
- Yo sería un varón que:
- Sólo piensa en pornografía, en conseguir empleo y en conocer hombres y mujeres de todo el mundo para tener nasty sex.
- Necesita medicamentos gratis.
Eso da risa, sí. Pero qué tal si les digo que no sólo soy un hombre adicto sino que además soy un hombre con un pene pequeñísimo porque por lo menos el 70% de la publicidad que me llega dice "penis enlargement" como si yo lo necesitaraaa!!!. Así que mi yo virtual, es decir, mi lado varonil de acuerdo al internet se encuentra sumamente ofendido. Claro que con lo drama queen que puedo ser, encontraría la forma de ofenderme por cualquier otra cosa que opine el spam de mí.
Pero todo llega a un límite.
Si me dejara llevar por la emoción ya hubiera realizado un sabotaje de dimensiones atmosféricas y todo porque he llegado a la conclusión que de acuerdo a los canales de ventas o de virus dentro del internet:
- Zeleny sería mi nombre y no mi segundo apellido.
- Yo sería un varón que:
- Sólo piensa en pornografía, en conseguir empleo y en conocer hombres y mujeres de todo el mundo para tener nasty sex.
- Necesita medicamentos gratis.
Eso da risa, sí. Pero qué tal si les digo que no sólo soy un hombre adicto sino que además soy un hombre con un pene pequeñísimo porque por lo menos el 70% de la publicidad que me llega dice "penis enlargement" como si yo lo necesitaraaa!!!. Así que mi yo virtual, es decir, mi lado varonil de acuerdo al internet se encuentra sumamente ofendido. Claro que con lo drama queen que puedo ser, encontraría la forma de ofenderme por cualquier otra cosa que opine el spam de mí.
LA MUJER INVISIBLE
No hay alivio.
Todos los días son calurosos y asfixiantes,
una orgía de vergüenza y humillación,
exactamente igual que hace tiempo,
con la diferencia de que ahora soy invisible.
Todos los días son calurosos y asfixiantes,
una orgía de vergüenza y humillación,
exactamente igual que hace tiempo,
con la diferencia de que ahora soy invisible.
Amanda Davis
Amaneció invisible. Pero no se dio cuenta al levantarse de la cama, tampoco al ponerse las pantunflas. Llevaba tan al pie de la letra su rutina diaria que no se dio cuenta. Desde hace años Amanda acostumbraba: 1) Apagar el despertador 2) Levantarse de inmediato. 3) Preparar el café para Luis. 4) Tomar el periódico de la entrada de su casa. 5) Dejar la taza y el periódico de Luis sobre el buró. 6) Bañarse, maquillarse y peinarse. 7) Preparar la ropa de Luis y de los niños 8) Despertar a Luis y a los niños. 9) Preparar el desayuno para Luis y para los niños. 10) Prepararse para irse a trabajar.Fue justo en el punto seis, en la regadera, cuando se dio cuenta. Su mirada recorrió su cuerpo desnudo, o lo que suponía que era su cuerpo desnudo: y no hizo sino recorrer su invisibilidad. Brincó del susto y cayó de sentón. ¿Dónde estaba ella? Amanda tocó y tocó su cuerpo. Auscultó al principo lenta y después violentamente, su cuerpo. Se repetía que eso no podía estarle pasando, no a ella, ¿cómo a ella? Se repetía que eso no era verdad que era una pesadilla, y que al abrir los ojos todo estaría como antes. Su cuerpo volvería a su lugar. Pero Amanda abrió y cerró los ojos varias veces. Nada, ningún trazo de su piel estaba ahí. Abandonó la ducha, desnuda y empapada, corrió al espejo. Se dio por vencida. Ella no estaba ahí.
Pensó en sacar el frasco con esas pastillas de colores que le permiten levantar su ánimo, pero atragantarse de antidepresivos para morir por su sorpresiva invisibilidad le pareció absurdo. Además tenía, justo ese día, tantas cosas que hacer. Amanda, desistió.
Exhaló toda su invisible preocupación y llevó a cabo todos los puntos de su rutina diaria sin que nadie, dijera nada. Sin que nadie, notara nada. Ni Luis, ni los niños, notaron un nuevo aspecto en ella. Amanda era, desde hace mucho, la mujer invisible.
21.5.06
PUES YO NO SE USTEDES, PERO YO...
Ya vi el Código Da Vinci y sigo con vida. Sigo pensando lo mismo del Opus Dei, de la Santa Iglesia, de Cristo y de Da Vinci. En todo caso, ya no pienso lo mismo de los albinos, ji ji.
19.5.06
HOY
Nuestra querida Alejandra Olay estrena nuevo proyecto editorial. Si usted quiere enterarse pues entonces no falte este viernes 19 a las 19 al Instituto Sonorense de Cultura para la presentación de Andante 26, la acompañará nuestro querido Rafa Saavedra de la hermana república de Tijuana B.C.
¡Nos vemos ahí!
¡Nos vemos ahí!
ADIVINE USTED...
Para aquellos que jamás en su vida han visto al de siete, adivinen quién de estos seis compitas es. El ganador se quedará con el pequeño este viernes ¡completamente gratis! porque, ejem, la mamá tiene un compromiso andante.
Pista 1. Hace tres años dejó de hacer el amorypaz.
Pista 2. Su primo el de ocho, Gerónimo, también está en la foto y dicen que se parecen.
18.5.06
¿QUÉ O QUIÉN SOY?
(De veras que) Uno nunca sabe quién es. Son los demás los que le dicen a uno quién y qué es ¿no? Y como esto uno lo oye millones de veces en su vida, por poco que ésta sea larga, acaba por no saber en absoluto quién es. Todos dicen algo distinto. Incluso uno mismo está siempre cambiando de parecer. (siempre, siempre).
Texto: Thomas Bernhard
Paréntesis y negritas: Sylvia Aguilar
Texto: Thomas Bernhard
Paréntesis y negritas: Sylvia Aguilar
17.5.06
SILVIA ISABEL
Tiene un corazón tan grande como el de su mamá, pero sin duda más fuerte. Creció con un hermano a quien llamaba cada diez de mayo por ser "como una madre para mí", decía. Conoció a su papá el mismo día que murió su mamá. Vivió con Matías, su abuelo, un maravilloso zapatero que reparaba zapatos como un cirujano altamente calificado. A los dieciocho años se graduó como profesora, labor que ha ejercido hasta la fecha (con o sin aula, con o sin alumnos). Dos años más tarde conoció a quien suponemos su primer novio y único esposo. Antes de los 23, ya estaba casada. Entre 1959 y 1962 tuvo una hija y dos hijos con quienes tuvo que hacer circo, maroma y teatro para tomar nosécuántos camiones y recorrer nosécuántos kilometros (desos kilómetros que sólo hay en el DF) para llevarlos a la guardería, al kinder y a la primaria consecutivamente. Conoció a sus dos hermanas, hijas del papá a quien poco vio.
En 1970 sin tener la más pálida idea de lo que era un verano, vino a Sonora con hijos y maletas acompañando al marido en un empleo que cuando mucho duraría dos años. Se hizo al desierto.Tres años después, tuvo una hija más. Se graduó como profesora Español de secundaria. Estudió arte dramático. Actuó en el Emiliana de Zubeldía. Le gustan los chocolates, curiosamente sus favoritos eran Los Turcos que vendía la Tin Larín. Su hija mayor se marchó hace muchos años dejando atrás nombre y familia, vive en Turquía. Siempre la extraña. Sus otros tres hijos se hicieron, como ella, de palabras. Tiene siete nietos que por más que quieren no pueden escapar a las leyes de la genética y todos tienen algo de ella, en el rostro, en las manos o en las palabras. Su hermano, su amado hermano, murió el año pasado. Siempre lo va a extrañar.
Silvia, Silvia Isabel, quizá no piense en todo ésto regularmente pero existe una posibilidad que hoy lo haga.
Feliz cumpleaños.
En 1970 sin tener la más pálida idea de lo que era un verano, vino a Sonora con hijos y maletas acompañando al marido en un empleo que cuando mucho duraría dos años. Se hizo al desierto.Tres años después, tuvo una hija más. Se graduó como profesora Español de secundaria. Estudió arte dramático. Actuó en el Emiliana de Zubeldía. Le gustan los chocolates, curiosamente sus favoritos eran Los Turcos que vendía la Tin Larín. Su hija mayor se marchó hace muchos años dejando atrás nombre y familia, vive en Turquía. Siempre la extraña. Sus otros tres hijos se hicieron, como ella, de palabras. Tiene siete nietos que por más que quieren no pueden escapar a las leyes de la genética y todos tienen algo de ella, en el rostro, en las manos o en las palabras. Su hermano, su amado hermano, murió el año pasado. Siempre lo va a extrañar.
Silvia, Silvia Isabel, quizá no piense en todo ésto regularmente pero existe una posibilidad que hoy lo haga.
Feliz cumpleaños.
16.5.06
LOS INCIVILIZADOS, NOS DICEN...
Es el primer lunes que la madre no tiene que llegar a casa a hacer tarea de la maestría y el de siete ya hizo la suya. Decidimos ir al Blockbuster por un poco de entretenimiento para la tarde. Le digo: "¿y si rentamos alguna temporada de Los Simpsons?, esas nos las podemos quedar toda la semana". Con la cara de felicidad me dice que sí. Pero luego, presa de la meditación, agrega: "A mi abuelita no le gusta que vea Los Simpsons... ella es, es como muy civilizada, ¿no?"
Concentro todas, toditas mis fuerzas en no soltar la carcajada. Le digo: "¿o sea que nosotros no somos civilizados?" Y espero una respuesta desas que la dejan a una sin aliento, en cambio, recibo un... "Pues no sé porque... ¿qué es civilizado?" Y yo sé que ustedes esperan que les diga que ese "¿qué es civilizado?" era simple retórica pero no... el de siete pedía una definición de "ser civilizado" porque desconocía por completo el significado.
"¿Y por qué dices que es civilizada si no sabes lo que es ser civilizado?"
Respuesta lógica: "porque se oye bien".
De cualquier modo, si nos apegamos a sus parámetros y, aunque él desconozca a profundidad el término, él y yo somos incivilizados porque nos gustan los Simpsons (pero no le digan a su abuelita).
Concentro todas, toditas mis fuerzas en no soltar la carcajada. Le digo: "¿o sea que nosotros no somos civilizados?" Y espero una respuesta desas que la dejan a una sin aliento, en cambio, recibo un... "Pues no sé porque... ¿qué es civilizado?" Y yo sé que ustedes esperan que les diga que ese "¿qué es civilizado?" era simple retórica pero no... el de siete pedía una definición de "ser civilizado" porque desconocía por completo el significado.
"¿Y por qué dices que es civilizada si no sabes lo que es ser civilizado?"
Respuesta lógica: "porque se oye bien".
De cualquier modo, si nos apegamos a sus parámetros y, aunque él desconozca a profundidad el término, él y yo somos incivilizados porque nos gustan los Simpsons (pero no le digan a su abuelita).
15.5.06
CULTO A LAS NUBES
Ayer terminamos de ver la primera temporada de Six Feet Under, una serie adictiva completamente.
Entre 10:30 y 11:30 de la noche me puse a escuchar a Cloud Cult. No era música de fondo para ponerme a leer. Tampoco para ponerme a escribir. Sólo quería escuchar música. Sólo quería sentarme a pensar en la muerte. Decidí que no le temo y que, cuando mucho, lamento todo lo que no me tocará ver, leer y escuchar cuando ésta ocurra. Luego me puse a pensar en qué viene después de la muerte, ¿veremos desde donde estemos todo lo que pasa en la tierra? ¿escucharemos? ¿veremos a los que se fueron antes? Mis preguntas pasaron de lo profundo a lo más absurdo en tres segundos.
En eso, inició What comes at the end? el track número cuatro de mi disco de Cloud Cult. La letra resultó de esas coincidencias que siempre me gusta pensar que no lo son:
Will we wake up in the body of a buffalo, running through the fields with our old friends? Or will we sleep with our favorite ghosts? I'm just wondering what comes at the end.
Fue una cosa bella y espeluznante. Un momento de esos en los que uno desearía no estar dentro de una casa y sobre una cama sino acostado, boca arriba mirando a las nubes como un culto a lo humanamente cierto (e inquietante).
La muerte es tan humanamente cierta (e inquietante).
Cerré los ojos y decidí hacerle coro a Craig Minowa y al resto del grupo:
You'll be a hummingbird. And I'll be a bumblebee. And we will fall in love in our new skin. We will talk all night about our philosophies. As we lay wondering what comes at the end… I hope I meet you again.
Entre 10:30 y 11:30 de la noche me puse a escuchar a Cloud Cult. No era música de fondo para ponerme a leer. Tampoco para ponerme a escribir. Sólo quería escuchar música. Sólo quería sentarme a pensar en la muerte. Decidí que no le temo y que, cuando mucho, lamento todo lo que no me tocará ver, leer y escuchar cuando ésta ocurra. Luego me puse a pensar en qué viene después de la muerte, ¿veremos desde donde estemos todo lo que pasa en la tierra? ¿escucharemos? ¿veremos a los que se fueron antes? Mis preguntas pasaron de lo profundo a lo más absurdo en tres segundos.
En eso, inició What comes at the end? el track número cuatro de mi disco de Cloud Cult. La letra resultó de esas coincidencias que siempre me gusta pensar que no lo son:
Will we wake up in the body of a buffalo, running through the fields with our old friends? Or will we sleep with our favorite ghosts? I'm just wondering what comes at the end.
Fue una cosa bella y espeluznante. Un momento de esos en los que uno desearía no estar dentro de una casa y sobre una cama sino acostado, boca arriba mirando a las nubes como un culto a lo humanamente cierto (e inquietante).
La muerte es tan humanamente cierta (e inquietante).
Cerré los ojos y decidí hacerle coro a Craig Minowa y al resto del grupo:
You'll be a hummingbird. And I'll be a bumblebee. And we will fall in love in our new skin. We will talk all night about our philosophies. As we lay wondering what comes at the end… I hope I meet you again.
DÍA DEL MAESTRO
¿Y qué mejor modo que pasar el día del maestro CALIFICANDO exámenes y pasando PROMEDIOS de tus SEIS grupos?
¡Demonios!
Se reciben felicitaciones, abrazos y, especialmente, chocolates.
¡Demonios!
Se reciben felicitaciones, abrazos y, especialmente, chocolates.
14.5.06
AND THE MOST INVISIBLE WOMAN AWARD GOES TO...
El premio a la mujer más invisible y más famosa del mundo va a Katie Holmes, quien al parecer es completamente invisible considerando que su marido el hombre más visible del mundo ha decidido básicamente todo, as if she wasn´t there. De pronto ya ni su nombre es su nombre (call her Kate, please) ni una sola decisión en torno a su embarazo y su parto, a su vida y a su trabajo.
El premio a la mujer más invisible (and worst: happy that way) va, sin duda, a Kate Cruise.
Pero si quiere usted a ver a otras invisibles que aún así buscan ser visibles visite: www.cristinariveragarza.blogspot.com
El premio a la mujer más invisible (and worst: happy that way) va, sin duda, a Kate Cruise.
Pero si quiere usted a ver a otras invisibles que aún así buscan ser visibles visite: www.cristinariveragarza.blogspot.com
11.5.06
SOBRE LA LUZ
Encender la luz cuando es de día es como no estar en ningún sitio concreto y en ningún momento concreto, ni dentro ni fuera, ni de día ni de noche, como estar de paso y provisional, y esperando algo mejor.
Rodrigo Muñoz Avia
Rodrigo Muñoz Avia
A YEAR AGO
En el cuarto de mi hermana
Here in her little room all still and lone
The things that made her life are greeting me.
It seems as though her body as it went
Had left a spirit footprint, mindfully.
Mariano Brull
The things that made her life are greeting me.
It seems as though her body as it went
Had left a spirit footprint, mindfully.
Mariano Brull
10.5.06
PLACER AUTOMOVILÍSTICO TRES
He dicho ya que me gusta mucho manejar. Sin embargo, es un verdadero placer cuando se está muy cansada y alguien más, ese alguien más, te dice "¿quieres que yo maneje?". Aunque claro, si le preguntan a ese alguien más seguramente les dirá que en realidad soy yo quien le obliga a manejar.
Como sea. Ese es también un placer automovilístico.
Como sea. Ese es también un placer automovilístico.
MI MA
Había salido muy muy mal en un examen de matemáticas. Estaba en la primaria. Triste, tristísima... esperando un regaño fatal escucho de mi madre: "Ay, sí... yo también era pésima en matemáticas". En esa época yo desconocía las leyes de la genética así que de sus palabras saqué una sensación de tranquilidad, comprensión, quizás incluso complicidad (aunque en ese entonces seguramente yo desconocía también el significado claro de esas tres cosas).
Ahora ya sé de las leyes de la genética y sin embargo cuando recuerdo esa fatídica experiencia matemática (que aquí entre nós se ha repetido toda mi vida) no pienso en que haya una cuestión de genes en nuestra incapacidad con los números. Siempre pienso en lo mismo, en que de algún modo, mi má me hizo sentir bien. De cuando en cuando me gusta acordarme de ésto (no de las matemáticas, claro) sino de esas formas siempre sorpresivas que tienen ellas para con nosotros.
Ahora ya sé de las leyes de la genética y sin embargo cuando recuerdo esa fatídica experiencia matemática (que aquí entre nós se ha repetido toda mi vida) no pienso en que haya una cuestión de genes en nuestra incapacidad con los números. Siempre pienso en lo mismo, en que de algún modo, mi má me hizo sentir bien. De cuando en cuando me gusta acordarme de ésto (no de las matemáticas, claro) sino de esas formas siempre sorpresivas que tienen ellas para con nosotros.
9.5.06
¨
En su novela The Saint of Incipient Insanities, Elif Shafak plantea: "When you leave your homeland behind, they say, you have to renounce at least one part of you". Ömer, el protagonista, al dejar Turquía, tuvo que renunciar también a una parte de sí: los puntos. Sí, los puntos que acentúan la Ö de su nombre. Llegando a Estados Unidos, Ömer tuvo que cambiar su nombre a Omer para facilitar su pronunciación y escritura. Hay quienes incluso le llaman Omar.
Los nombres tienen que ajustarse a los países. Te marchas a otro lugar, por las razones que sean, y tu nombre ya no es el mismo. Pierde sus acentos y por lo tanto su sonido, pierde su forma. Se pierde a sí mismo.
Tu nombre, cuando es extranjero, oculta algo.
Tú, como extranjero, callas algo, siempre.
Los nombres tienen que ajustarse a los países. Te marchas a otro lugar, por las razones que sean, y tu nombre ya no es el mismo. Pierde sus acentos y por lo tanto su sonido, pierde su forma. Se pierde a sí mismo.
Tu nombre, cuando es extranjero, oculta algo.
Tú, como extranjero, callas algo, siempre.
8.5.06
PLACER AUTOMOVILÍSTICO DOS
¿Qué mujer le dice que no a la posibilidad de cederle el paso a un hombre en una esquina de cuatro altos? Al menos yo no, y si el hombre es mayor de 50 años, mejor todavía. La delicia obtiene una cereza on the top cuando éste hace la cara más temible del mundo y se niega ro tun da men te a aceptar que una le dé el paso.
6.5.06
Y LOS ELEGIDOS SON...
Después de semanas de estarnos mordiendo las uñitas, esperando los resultados, hela aquí, la lista de la Primera Generación del Laboratorio Fronterizo de Escritores:
1. Noé Morales Muñoz
2. Jaime Romero Robledo
3. José de Jesús Vázquez Camacho
4. Amaranta Caballero Prado
5. Lorena Mancilla Corona
6. Omar Ramírez Pimienta
7. Tanya Castro Prieto
8. Jenny Donovan
9. Paloma González Paredes
10. Abraham Morales Moreno
11. José Antonio Porcayo Domínguez
12. Jacinto Arcadio Leos Valencia
13. Jorge Isaac D'Garay Juncal
14. John Pluecker
15. Cristina Rascón Castro
16. Sylvia Aguilar Zéleny
De pronto me sentí como un elenco de Rebelde, suponiendo que Rebelde fuera algo más que minifaldas y cuerpos curvilíneos. Amigos tijuanenses: ¿quién dará posada a Paloma y a la Sylvia?
1. Noé Morales Muñoz
2. Jaime Romero Robledo
3. José de Jesús Vázquez Camacho
4. Amaranta Caballero Prado
5. Lorena Mancilla Corona
6. Omar Ramírez Pimienta
7. Tanya Castro Prieto
8. Jenny Donovan
9. Paloma González Paredes
10. Abraham Morales Moreno
11. José Antonio Porcayo Domínguez
12. Jacinto Arcadio Leos Valencia
13. Jorge Isaac D'Garay Juncal
14. John Pluecker
15. Cristina Rascón Castro
16. Sylvia Aguilar Zéleny
De pronto me sentí como un elenco de Rebelde, suponiendo que Rebelde fuera algo más que minifaldas y cuerpos curvilíneos. Amigos tijuanenses: ¿quién dará posada a Paloma y a la Sylvia?
5.5.06
TENGO DESIGNIOS
Tengo una libreta negra donde anoto muchas cosas. Tengo un par de hojas, de esa libreta negra, reservadas para mi futura escritura. Tengo, en esas hojas, una lista de posibles personajes, de posibles discursos, de posibles espacios donde se desarrollarán las diferentes historias que también tengo ahí. Tengo historias que habrán de desarrollarse en una calle angosta o bien en una calle ancha, bajo un escritorio o sobre una cama, a la sombra de un árbol o dentro de una caldera.
Tengo, en mi libreta negra, designios sobre lo que voy a escribir.
Tengo, en mi libreta negra, designios sobre lo que voy a escribir.
CONCLUSIÓN...
Ayer el Palomo, la Olivia y yo llegamos a la conclusión de que... de que... esperen... ¿llegamos a alguna conclusión?
4.5.06
EN EL TEMPLO DE MASJID
Finalmente lo hice. El viernes fui a la oración de la tarde en el Templo de Masjid. Me armé de valor y de telas. Busqué la ropa con el recato necesario, cubri mi cabeza y parte de mi rostro. Yo quería entrar libremente y, al mismo tiempo, ser invisible, ser una más. Así que si me puse ropa tan oscura y tan ajena fue porque desde el principio, sabía lo que quería. Me miré en el espejo, me veía bien, cubierta, disfrazada, otra.
Estacioné mi carro lejos para caminar hasta el Templo, desde que salí de mi habitación sabía que tenía que hacerlo, sentir mi paso bajo el peso de la ropa, bajo el peso de la mirada ajena. Dos cuadras después me topé con dos mujeres, vestidas como yo, caminando con sus hijos. Al verlas comprendí que yo estaba caminando mal. Mi paso apurado, mi mirada escrutadora no pertenecía a esas ropas. Comencé a moverme con pasos cortos y mantuve mi mirada alejada de todo y todos. Caminar con estas ropas es como caminar sintiendo vergüenza.
Pero yo no sentía vergüenza.
Sentía un dolor enorme. El alma se me partía en dos. ¿Cómo hizo ella para adaptarse? Caminaba y pensaba en ella, hacía un recuento de su ausencia.
De lejos, el Templo se sostenía enorme sobre la calle. Tuve miedo, no sé a qué pero tuve miedo. Quise descubrirme la cabeza, como si ello me diera fortaleza. No lo hice. Cuando llegué, un grupo de hombres y mujeres estaban ahí. Ellas vestían decorosamente y cubrían su cabeza. Eran estudiantes de primer año de la universidad, por lo que entendí esperaban al maestro, la visita al templo era parte de su clase de historia de las religiones. No lo pensé mucho, de entrar sola e invisible, a entrar con un grupo al cual seguramente explicarían algunas cosas, obviamente opté por lo segundo. Pedí permiso a las alumnas para unirme al grupo, supongo que mi acento, mi solo acento, indicó no sólo que yo no pertenecía a esa tela sino tampoco a su país. Aceptaron.
Finalmente el maestro llegó y del templo salió un hombre, era enorme, con ojos enormes y bigotes enormes, con anillos enormes en sus dedos enormes. Nos saludó “Bismillahi ar Rahman il Rahim”, lo cual significa “En el Nombre de Dios, el Benéfico, el Misericordioso " y rindió su cabeza a nosotros. “Soy el Iman, síguanme por favor", agregó sonriendo. Sin darnos cuenta caminamos divididos en dos grupos: los hombres al frente y nosotras detrás. Nos quitamos los zapatos. Qué frágil se puede sentir uno sin ellos. Una alfombra verde y de múltiples figuras se extendía mostrando la amplitud del templo. Mientras avanzamos, el Iman le explicaba a la gente a nuestro alrededor que éramos estudiantes. Nos miraban como ajenos totalmente a todo. Nos explicó que el grupo se dividiría por completo. A nosotras nos llevaron a la sala de mujeres, del lado opuesto a la entrada. Una especie de biombo nos separó de los varones.
El hombre, pronunció palabras en árabe que yo desconocía. Inició su discurso hablando sobre la ignorancia, la ignorancia del hombre, la ignorancia de la civilización y cómo ésta se combate con el conocimiento. “Combate”, curiosa elección de palabra, pensé. “Cuando Nuestro señor, misericordioso y poderoso, quiere a alguien le da el conocimiento de su libro sagrado. Nuestro señor, misericordioso y benéfico, guía a quien quiere y descarría a quien le place, por ello El profeta puso a nuestra disposición el conocimiento de nuestro Libro Sagrado para salir de la oscuridad". Su sermón continúa con la persuasión y la modulación necesarios, cubierto de una sinceridad que no reconozco ni sentí plena. Utiliza palabras como coraje, valor, entrega, virtuosidad.
Un grupo de mujeres estuvo al frente de nosotras y nos indicaron que hiciéramos lo mismo que ellas, así supimos cuando bajar la cabeza, cuando arrodillarnos, cuando callar. Cuando menos pensé, la ceremonia había terminado. Al final, las mujeres nos abrazaron. Sentí ganas de preguntarles muchas cosas, pedirles que me contaran de su vida. Trato de ver hacia el lado donde están los hombres, el Iman les habla muy de cerca, los estudiantes y el maestro asienten de vez en cuando. Mientras nosotras recibimos abrazos, ellos reciben conocimiento, el conocimiento ese del que se hablaba en el sermón. Abandoné el lugar antes que nadie.
Cuando volví a mi carro tenía las mismas preguntas de siempre pero ni un solo deseo de pensar. Me apoyé en el volante. Descubrí mi cabeza y, por supuesto, rompí en llanto.
Estacioné mi carro lejos para caminar hasta el Templo, desde que salí de mi habitación sabía que tenía que hacerlo, sentir mi paso bajo el peso de la ropa, bajo el peso de la mirada ajena. Dos cuadras después me topé con dos mujeres, vestidas como yo, caminando con sus hijos. Al verlas comprendí que yo estaba caminando mal. Mi paso apurado, mi mirada escrutadora no pertenecía a esas ropas. Comencé a moverme con pasos cortos y mantuve mi mirada alejada de todo y todos. Caminar con estas ropas es como caminar sintiendo vergüenza.
Pero yo no sentía vergüenza.
Sentía un dolor enorme. El alma se me partía en dos. ¿Cómo hizo ella para adaptarse? Caminaba y pensaba en ella, hacía un recuento de su ausencia.
De lejos, el Templo se sostenía enorme sobre la calle. Tuve miedo, no sé a qué pero tuve miedo. Quise descubrirme la cabeza, como si ello me diera fortaleza. No lo hice. Cuando llegué, un grupo de hombres y mujeres estaban ahí. Ellas vestían decorosamente y cubrían su cabeza. Eran estudiantes de primer año de la universidad, por lo que entendí esperaban al maestro, la visita al templo era parte de su clase de historia de las religiones. No lo pensé mucho, de entrar sola e invisible, a entrar con un grupo al cual seguramente explicarían algunas cosas, obviamente opté por lo segundo. Pedí permiso a las alumnas para unirme al grupo, supongo que mi acento, mi solo acento, indicó no sólo que yo no pertenecía a esa tela sino tampoco a su país. Aceptaron.
Finalmente el maestro llegó y del templo salió un hombre, era enorme, con ojos enormes y bigotes enormes, con anillos enormes en sus dedos enormes. Nos saludó “Bismillahi ar Rahman il Rahim”, lo cual significa “En el Nombre de Dios, el Benéfico, el Misericordioso " y rindió su cabeza a nosotros. “Soy el Iman, síguanme por favor", agregó sonriendo. Sin darnos cuenta caminamos divididos en dos grupos: los hombres al frente y nosotras detrás. Nos quitamos los zapatos. Qué frágil se puede sentir uno sin ellos. Una alfombra verde y de múltiples figuras se extendía mostrando la amplitud del templo. Mientras avanzamos, el Iman le explicaba a la gente a nuestro alrededor que éramos estudiantes. Nos miraban como ajenos totalmente a todo. Nos explicó que el grupo se dividiría por completo. A nosotras nos llevaron a la sala de mujeres, del lado opuesto a la entrada. Una especie de biombo nos separó de los varones.
El hombre, pronunció palabras en árabe que yo desconocía. Inició su discurso hablando sobre la ignorancia, la ignorancia del hombre, la ignorancia de la civilización y cómo ésta se combate con el conocimiento. “Combate”, curiosa elección de palabra, pensé. “Cuando Nuestro señor, misericordioso y poderoso, quiere a alguien le da el conocimiento de su libro sagrado. Nuestro señor, misericordioso y benéfico, guía a quien quiere y descarría a quien le place, por ello El profeta puso a nuestra disposición el conocimiento de nuestro Libro Sagrado para salir de la oscuridad". Su sermón continúa con la persuasión y la modulación necesarios, cubierto de una sinceridad que no reconozco ni sentí plena. Utiliza palabras como coraje, valor, entrega, virtuosidad.
Un grupo de mujeres estuvo al frente de nosotras y nos indicaron que hiciéramos lo mismo que ellas, así supimos cuando bajar la cabeza, cuando arrodillarnos, cuando callar. Cuando menos pensé, la ceremonia había terminado. Al final, las mujeres nos abrazaron. Sentí ganas de preguntarles muchas cosas, pedirles que me contaran de su vida. Trato de ver hacia el lado donde están los hombres, el Iman les habla muy de cerca, los estudiantes y el maestro asienten de vez en cuando. Mientras nosotras recibimos abrazos, ellos reciben conocimiento, el conocimiento ese del que se hablaba en el sermón. Abandoné el lugar antes que nadie.
Cuando volví a mi carro tenía las mismas preguntas de siempre pero ni un solo deseo de pensar. Me apoyé en el volante. Descubrí mi cabeza y, por supuesto, rompí en llanto.
3.5.06
A LA GARCIA LORCA
Y entonces, pregúntome yo, ¿cuando el juez grite a los cuatro vientos: ¿quién mató al comendador (o al gobernador o al policía o a quien resulte)? el pueblo gritará: San Mateo Atenco!! siguiendo de cerquita los pasos de los pobladores de Fuenteovejuna??
SOBRE EL SILLÓN AZUL... (un mensaje y su respuesta)
From: "Sylvia Aguilar"
To: ___________
Sent: Tuesday, May 02, 2006 7:47 PM
Subject: Desde el sillon azul
Te escribo hoy desde el sillón azul, el nuevo integrante de mi
sala-comedor-cuartodetv-cocina. Es extensamente cómodo y de un azul bello, pleno. Una no hace más que añorar que se den las cuatro para volver a casa, dejar todo el kit de profesora en la mesa, descalzarse y sentarse en él, a ver una película, a leer, a mirar por la ventana. A cerrar los ojos. Sigo de ermitaña, con este sillón, cómo no. Ya mis amigas han reclamado mi ausencia. Pero algo me pasa últimamente, prefiero mi casa por sobre todos los lugares y eventos de esta ciudad. Aquí, soy toda la yo que puedo ser.
un abrazo,
sylvia
----- Original Message -----
From: __________
To: "Sylvia Aguilar"
Sent: Wednesday, May 03, 2006 9:00 AM
Subject: desde el sillon azul
Ahora comprendes mi redimida condición de lobo manso y solitario.
Intranquilo, llego a mi territorio y es entonces cuando puedo inventar un destino más o menos provisorio. Invento un destino a veces caprichoso, a veces perfecto aunque algo canalla. Es igual con tu sillón: Tu sillón azul es la posibilidad de inventarte un destino a la medida sin más equilibrio que la sola oportunidad de ser lámpara de fuego dulce. Allí está el hechizo de tu sillón azul: es movimiento aunque tú estés inmóvil. Es el lugar en donde te abandonas y, como ya sabes, abandonándose es como uno se halla. Abandonándose es como uno se encuentra. Mucho me ilumina tener noticias tuyas y más porque me invocas desde ese sillón azul...
To: ___________
Sent: Tuesday, May 02, 2006 7:47 PM
Subject: Desde el sillon azul
Te escribo hoy desde el sillón azul, el nuevo integrante de mi
sala-comedor-cuartodetv-cocina. Es extensamente cómodo y de un azul bello, pleno. Una no hace más que añorar que se den las cuatro para volver a casa, dejar todo el kit de profesora en la mesa, descalzarse y sentarse en él, a ver una película, a leer, a mirar por la ventana. A cerrar los ojos. Sigo de ermitaña, con este sillón, cómo no. Ya mis amigas han reclamado mi ausencia. Pero algo me pasa últimamente, prefiero mi casa por sobre todos los lugares y eventos de esta ciudad. Aquí, soy toda la yo que puedo ser.
un abrazo,
sylvia
----- Original Message -----
From: __________
To: "Sylvia Aguilar"
Sent: Wednesday, May 03, 2006 9:00 AM
Subject: desde el sillon azul
Ahora comprendes mi redimida condición de lobo manso y solitario.
Intranquilo, llego a mi territorio y es entonces cuando puedo inventar un destino más o menos provisorio. Invento un destino a veces caprichoso, a veces perfecto aunque algo canalla. Es igual con tu sillón: Tu sillón azul es la posibilidad de inventarte un destino a la medida sin más equilibrio que la sola oportunidad de ser lámpara de fuego dulce. Allí está el hechizo de tu sillón azul: es movimiento aunque tú estés inmóvil. Es el lugar en donde te abandonas y, como ya sabes, abandonándose es como uno se halla. Abandonándose es como uno se encuentra. Mucho me ilumina tener noticias tuyas y más porque me invocas desde ese sillón azul...
2.5.06
OZ
¿Y a ti te gusta el Mago de Oz?, me pregunta el de siete y estoy a punto de atolondrarlo con un profundo análisis sobre el camino amarillo, Dorothy, los zapatos rojos y demás... el entusiasmo en mi cara debe delatarme porque antes de que yo inicie mi tesis, me aclara: El Mago de Oz el grupo de rock, claro, ¿te gusta?
Y yo, lo siento, de eso no puedo opinar.
Admito: no los he oído.
Confiesa: yo tampoco, pero deben ser buenos por el nombre.
Sonrío.
Y yo, lo siento, de eso no puedo opinar.
Admito: no los he oído.
Confiesa: yo tampoco, pero deben ser buenos por el nombre.
Sonrío.
PLACER AUTOMOVILÍSTICO UNO
Me gusta manejar. Lo hago desde los 16 años. Y con el paso del tiempo he descubierto esas pequeñas cosas dentro del manejo que he llamado secretamente placeres automovilísticos. He aquí.
Mi placer automovilístico uno tiene que ver con el estacionamiento, se divide en dos etapas.
Etapa Uno: Encontrar un lugar de estacionamiento inmediatamente apenas avanzando, a veces sin siquiera tener que buscarlo: ahí luminoso un lugar justo para mí. A esta etapa del placer un novio que tuve lo llamaba Crimen Perfecto.
Etapa Dos: Después de encontrar el lugar, lograr estacionarme en tres dos movimientos, una reversa, el acomodo al frente, otro poco atrás y listo. En ocasiones he logrado estacionarme en dos movimientos.
Este placer automovilístico me hace sentir así como un chofer non plus ultra. Creo que hasta bajo del carro caminando arrolladora.
Mi placer automovilístico uno tiene que ver con el estacionamiento, se divide en dos etapas.
Etapa Uno: Encontrar un lugar de estacionamiento inmediatamente apenas avanzando, a veces sin siquiera tener que buscarlo: ahí luminoso un lugar justo para mí. A esta etapa del placer un novio que tuve lo llamaba Crimen Perfecto.
Etapa Dos: Después de encontrar el lugar, lograr estacionarme en tres dos movimientos, una reversa, el acomodo al frente, otro poco atrás y listo. En ocasiones he logrado estacionarme en dos movimientos.
Este placer automovilístico me hace sentir así como un chofer non plus ultra. Creo que hasta bajo del carro caminando arrolladora.
1.5.06
HEY DUDE, WHERE ARE MY FORKS?
Es un asunto sumamente misterioso. He notado en los últimos meses que tengo como diez o doce cuchillos y una cantidad más o menos parecida de cucharas pero sólo tengo como cuatro o cinco tenedores. Han ido desapareciendo poco a poco. He tratado de fingir que no me doy cuenta, he tratado de callar pero no puedo más, me carcome la duda ¿dónde demonios están mis tenedores? ¿quién se los llevó? ¿por qué? En realidad entran pocas personas a mi casa (supongo al fin que he dejado expuesta mi poca popularidad) y ninguna de éstas (estoy segura) se llevaría mis tenedores sin avisar.
Recuerdo que una amiga solía decir, si se cae una cuchara al piso es que tendrás una visita femenina, si se cae un cuchillo una visita masculina... ¿qué demonios querrá decir ésto en términos de la ausencia de tenedores en mi casa????
Si usted sabe algo, cualquier información será bienvenida y recompensada (un cuchillo, una cuchara de regalo, tal vez?)
Seguiré investigando.
Recuerdo que una amiga solía decir, si se cae una cuchara al piso es que tendrás una visita femenina, si se cae un cuchillo una visita masculina... ¿qué demonios querrá decir ésto en términos de la ausencia de tenedores en mi casa????
Si usted sabe algo, cualquier información será bienvenida y recompensada (un cuchillo, una cuchara de regalo, tal vez?)
Seguiré investigando.
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