1. The meeting place.
A través de los años, ninguna noche ha sido distinta cuando estoy contigo. Siempre ha habido cierta cantidad de alcohol, la mínima; cierta cantidad de música, la necesaria; ciertas palabras, las exactas. Siempre hay que pedir encendedor, nunca está en nuestros bolsillo; siempre fumamos blancos, sólo blancos.
A través de los años, ninguna noche ha sido distinta cuando estoy contigo. Siempre ha habido cierta cantidad de alcohol, la mínima; cierta cantidad de música, la necesaria; ciertas palabras, las exactas. Siempre hay que pedir encendedor, nunca está en nuestros bolsillo; siempre fumamos blancos, sólo blancos.
Siempre nos decimos que tú te enamoras de cualquiera que tiene por lo menos ochentaycinco centímetros de cadera y yo de cualquiera que sabe decir por favor... siempre nos decimos que si lo seguimos repitiendo se convertirá en algo cierto. Siempre nos reímos de la última vez que nos vimos porque siempre hay una última vez que nos vimos. Siempre nos despedimos con la sensación de que no hubo tiempo de decir nada, de decir todo. Siempre hay una radiante luna cuando salimos del bar.
Tú piensas que somos nosotros – tú y yo- los que construimos esta extraña complicidad. Yo insisto que no somos nosotros sino esta barra, este lugar... el meeting place.
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