La mañana del 25 de diciembre de 1956 unos niños descubrieron sobre la nieve de Suiza el cuerpo de un hombre, muerto por el frío. La policía llegó, se tomaron fotos y se movió el cuerpo de quien identificaron más tarde como Robert Walser.
El escritor Robert Walser.
Escribió varias novelas, la más reconocida: Jakob von Gunten de 1909, pero luego su vida pasó del insomnio al alcoholismo, de las pesadillas a las voces imaginarias hasta llegar a ataques de ansiedad que finalmente lo llevaron a un hospital mental. Ahí dejó de escribir argumentando que él no estaba ahí para escribir sino para estar loco. Así las cosas, lo único que llenaba su vida y lo que le llevó a la muerte era caminar. Caminar.
"With the utmost love and attention the man who walks must study and observe every smallest living thing, be it a child, a dog, a fly, a butterfly, a sparrow, a worm, a flower, a man, a house, a tree, a hedge, a snail, a mouse, a cloud, a hill, a leaf, or no more than a poor discarded scrap of paper on which, perhaps, a good child at school has written his first clumsy letters".
Robert Walser, "The Walk"
5.10.05
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