20.2.05

ISABEL Y JOSEFINA

Ambas se casaron jóvenes con la ilusión que se acostumbra tener cuando se es joven. Ambas tuvieron dos hijos. Niño y niña. Ambas vivían en el DF. Ambas por razones que desconocemos quedaron solas con sus hijos. Una era maestra, la otra no, la otra trabajó en cuanto lugar pudo. Ambas tuvieron que moverse muchas veces de casa: rentas demasiado altas. Ambas hicieron todo lo posible por que sus hijos crecieran felices, sanos, completos. Ambas tuvieron que enfrentarse a una serie de... ¿para que mencionarlo?

Ambas están ahí, en ese portarretrato sobre mi buró. Me miran cada mañana, me dan las buenasnoches. Debería darme vergüenza ahogarme a veces en un vaso con agua, debería darme vergüenza sentirme tan mal por ciertas ausencias, por no saber nadar contracorriente, como ellas. Ambas.

Y hoy mis padres me hablaban de ellas. Y, de pronto, observé mi vida de otro modo. Gracias, lindas. Beso a ambas, allá donde están.

1 comentario:

RUFUS dijo...

La vida es así. Un contraste continúo con las existencias de nuestros vecinos y amigos. Pero en ese argumento hay una trampa de chantaje emocional de baja intensidad. Es decir, si yo me quejo de un pequeño percance de mi rutina diaria no tengo por que reconfortarme por el simple hecho de que hay gente que lo pasa peor y tiene peores cartas en la partida. Esta bien esto de apreciar lo que se tiene y no quererse ahogar en un baso de agua, pero que eso no de pie a desdramatizarlo todo porque entonces no seremos digno de nuestra humilde posición privilegiada (relativamente y contrastando). La lucha nunca se termina y no hay que bajar la guardia. (otro rollo sin sentido desde Badalona) salut i republika bananera