10.6.06

LA VIDA COTIDIANA

En el nuevo número de Letras Libres, Christopher Domínguez escribe: "El gran invento de Ibargüengoitia, en los términos de la crónica en México, fue la postulación de la vida cotidiana como aventura absoluta". Lo leo y me repito: la vida cotidiana como aventura absoluta. Eso que muestran las páginas de Ibargüengoitia una y otra vez. Me gusta cuando veo impresas ideas que de algún modo me coquetean en la frente de cuando en cuando. Sí, la vida cotidiana, ese relámpago de luz que a veces no narramos y, peor aún, no observamos.

Me gusta eso, escribir de la vida cotidiana, de los eventos que la encadenan, de los momentos que la irrumpen. Me gusta observar la vida cotidiana. A mi vecino, que vive solo y casi no sale, regar su jardín mirando siempre algo más que su jardín. A mis vecinas que se evitan la una a la otra. Al niño que en el Oxxo de la colonia, te lava el parabrisas sin importar cuántas veces le digas que no.

Raymond Carver decía que un escritor no necesita trucos que sólo necesita presenciar con la boca abierta esta cosa o la otra - un atardecer o un zapato viejo- en puro y absoluto asombro. El escritor puede trabajar tan sólo con aquello que la vida cotidiana le ofrece. La aventura absoluta, pues.

No hay comentarios.: