Sin ánimo de presumir, dígoles que heme escribiendo este último post del año en Nueva York, a una cuadra de Central Park en un jueves que para ustedes es como cualquier otro pero para mí es especial porque hoy, señoras y señores, nevó, nevó de lo lindo y yo, finalmente, CONOCÍ la nieve. Y en este último jueves del año no sólo vi la nieve por primera vez sino que recorrí por primera vez el Guggenheim y estuve frente a frente con la obra de Kandinsky, Picasso, Degas, Pizarro, Renoir, Munch y tantos otros. Escribo esto con toda la jotería de la que soy capaz porque el mismo nudo en la garganta que sentí frente a un cuadro de Pizarro lo siento ahorita sólo por pensar en el año que viene, en lo que viene, en lo que he dicho que haré y que sé que haré. En mi hermana que habrá de volver a las aulas, ahora que ha reaparecido, en mi sobrino que entrará en la universidad, en mi otro sobrino que estrena una hermosa casa nueva, en sus padres que han hecho un nuevo hogar, en mis padres y, por sobre todo, en mi hijo, mi hermoso hijo a quien el día menos pensado me traeré a esta ciudad para recorrerla a su lado paso a paso.
Feliz año, pues.
Abrazos muchos y especiales para Natalia, Marigé, Eli, Ericka, Rafaella, Mónica, Lorena, Manuel, Baner. Una no sería una sin sus amigos.
Feliz año, pues.
Abrazos muchos y especiales para Natalia, Marigé, Eli, Ericka, Rafaella, Mónica, Lorena, Manuel, Baner. Una no sería una sin sus amigos.
3 comentarios:
Muy feliz año, Sylvia.
Qué buena onda que lo hayas iniciado bien y -sobre todo- con esperanzas. En estos tiempos ya ni eso existe casi.
Un abrazo.
Quiero ir a NY y pararme frente a uno de esos cuadros no importa que no haya nieve. Creo que lloraría de la emoción.
Preparen fotos, llevamos proyector, y sentiremos que andamos todos por NY.
tan padre que es sentir el ojo de Candy frente a los obras que hasta ese entonces conocpias en libros de hojas glaseadas.
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