Levantarse tarde. Dormirse cuando el sol comienza a guiñar. Ver televisión y tejer regalos. Ir al cine con el hijo y devorar baguettes. Hacer cola para que te envuelvan un regalo en una tienda departamental y leer mientras tanto. Continuar con la huelga de no cocinar sino desayunos al hijo y comer esto o aquello aquí o allá. Pasar tiempo con los padres. Pasar tiempo a solas. Oír una y mil veces a Feist, a Santogold ya Fleet Foxes. Jugar en la pantalla. Leer en la pantalla, callar antes de escribir en la pantalla. No tener a los hermanos cerca, porque se les piensa y se les quiere más. No tener Mafaldas cerca, porque se acumulan las historias qué contar. Dormir con frío. Negarse a salir o pasar todo el día fuera de casa. Tejer y destejer. Escribir y borrar. Y todo esto no como resultado de la navidad sino como regalo del tiempo libre.
Y ahora, me regreso A la maravillosa vida breve de Óscar Wao.
Disfrute usted sus encantos.
1 comentario:
ehhhhhhhhhhh
yo escribo también y escribo y escribo y escribo y escribo y escribo.
sylvia: yo, hoy: escribo
(y ayer y anteayer y el día antes de ayer y creo que mañana y pasado y así hasta no sé cuándo)
YO ESCRIBO :)
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