Regalo del día de manos, ojos y alma de mi querido Capitán Fontanot:
Principios y Finales
Un tiempo fui una chica con futuro.
Podía leer a Horacio y a Virgilio en latín
y recitar a Keats completo de memoria.
Al entrar en sus cuevas, los adultos
me capturaron: comencé a parir
hijos de un hombre estúpido y creído.
Ahora cuando puedo lleno el vaso
y lloro al recordar algún verso de Keats.
Una no sabe, cuando es joven,
que no hay un lugar alguno
donde poder quedarse para siempre.
Y le parece extraño si no llega
aquel o aquella en quien hallar descanso.
Una ignora, de joven, que los principios
no se parecen nunca a los finales.
Joan Margarit
11.8.08
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1 comentario:
Lugar privilegiado para este poema además lo podré leer cada vez que quiera!.
Saludos
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