Mi lugar de trabajo está COMPLETAMENTE invandido de grillos. A donde quiera que uno voltea hay mínimo cuatro grillos. Salones, pasillos, baños, oficinas. ¡Están por todas partes! Tienen dos semanas viviendo, muriendo o creciendo con nosotros. Al principio, todos hablan de ellos. Las alumnas gritaban cada vez que los veían. Los alumnos se la pasaban persiguiendo, atrapando y matando grillos.
Esta mañana mientras yo explicaba la importancia de la obra de William Faulkner, un alumno veía un grillo muy detenidamente y luego dijo: "Wei, qué hueva tener antenas".
Me queda claro que hemos llegamos a otra etapa con los grillos.
14.9.07
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3 comentarios:
Y no hay pinacates, aparte de grillos?
en mis tiempos de "chico tec" atrapabamos a los grillos para tirarselos a las mujeres y perder tiempo en clase...
pero los pinacates si eran un problema porque si los matabamos apestaban.
olvidé comentar... que bueno ha de ser tener a un maestro que hable de Faulkner.
Si no mal recuerdo (tal vez en esos tiempos no me interesaba un poco la literatura) a nosotros lo más "desconocido" que nos nombraron fue Camus o Martin Luis Guzmán.
Mi acercamiento a Faulkner fue por Vargas Llosa, no porque lo haya conocido, sino porque leí "la verdad de las mentiras". Traté de leer "Santuario", pero tal vez no era el tiempo; lo dejé a medias.
Buenísimo el comentario del alumno...
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