Las últimas dos semanas fueron una locura, entre los preparativos de la fiesta, la fiesta y el relax de la posfiesta; entre las tareas, los promedios, las clases de inglés y la tensión constante que recorre la vida de toda madre-profesionista, ya se imaginarán que llegaron las vacaciones y por supuesto que decidí apartarme de lo único que prevalece en mi vida: la compu.
Sylvíssima se fue de viaje, manejó y manejó durante tres días en la Arizona donde adquirió entre otras cosillas:
- 49 stories, de Ernest Hemingway (para que no se ruborice la próxima vez que le pregunten qué opina de los cuentos de Hemingway)
- Plastic Mutations (un homenaje electrónico a radiohead)
- un par de zapatos (sólo uno, pueden creerlo)
- algunas camisetas (pal verano, pues)
- un kilo y medio de peso (fáaaaacil)
Me gusta Arizona, siempre me he dicho que a los 55 años tomaré mis maletas, mis libros y buscaré una casita por ai por Green Valley, pescaré un viudo gringo y rico y pasaré el resto de mis días observando el desierto, las emes de macdonalds y pagando seniors dinners en los Dennys. O quizás no, quizás para entonces viva yo en un flat en Londres cerquita de donde vive Nick Hornby con quien tomaré el té (o una cerveza negra) todas las tardes, escuchando nuestros discos viejos de Radiohead.
25.3.05
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