Desapareció.
Mi estuche de discos desapareció.
Fue visto por última vez en biblioteca, donde estaba trabajando. La culpa de todo la tiene el clima y es que como ahí hace mucho frío, me la paso en un ir y venir al baño. En una desas emergencias alguien de seguro llegó, vio y apropióse.
Así pues, me invade una "infinita tristeza" por la ausencia de:
-Sí, de Julieta Venegas (oh, julieta, julieta...!)
-Tales of a Librarian, de Tori Amos ("aaamos, te gusta tori", dijo la natalia)
-Aqua Mosh, de Plastilina Mosh (lo peor es que, bestias, el disco era del Edgar, lo cual implica que deberé heredarle mi Hola chicuelos, también de PMosh, sniff)
-Reality, de David Bowie (lo bueno que no fue el Heathen, pero de todos modos, buaaaa, bowie!)
-Próxima estación esperanza, de Manu Chao (aunque el meza diga que me hicieron un favor, yo extraño que el chaparrito me diga: "me gusta la montaña, me gustas tú")
y otros dos que, oh my!, ya ni me acuerdo cuáles son...
Se suplica a algún alma caritativa poseedora de alguno destos discos (porque son tan o más eclécticos que yo) que se apiade desta pobre nena y le queme uno o todos estos discos porque: I miss my music!
5.7.04
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2 comentarios:
La buena y amigable piratería cibernética me ha proporcionado ser poseedor del Reality de Bowie y del Tales from a Librarian de Tori Amos (con su respectiva crítica a los discos de "greires jits").
No hay crimen mas maldito que el robo de música.
Ahí quedan a tu disposición, S.
Saludos
Tulio, Tulio, Tulio... no sabes cuánto he buscado alguien que me se apiade de mí... extraño tanto mi reality y mi tales... escríbeme (sazeleny@hotmail.com). Y tienes razón: no hay crimen más maldito que el robo de música y (agrego) de libros.
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