La naturaleza de las mujeres es, como la naturaleza, un misterio. No logro entender exactamente por qué ese asunto de las hormonas nos lleva a llorar con una facilidad enorme por una cantidad absurda de cosas.
Yo veo en la tele a una mamá lavarle el cabello a su hija y se me viene encima el mundo. Escucho cantar a mi hijo con su grupo del kinder y nudoenlagarganta. Veo las fotos de mis abuelas y escalofríos o como se dice: la piel chinita-chinita.
Observamos, sentimos, escuchamos algo con La Marca Conmovedora...
Y las mujeres lloramos.
Nos sentimos bien y lloramos. Nos sentimos mal y lloramos.
Y mi hijo me pregunta, ¿es cierto que los hombres no deben llorar? refiriéndose al decreto que mi padre ha hecho en torno a la masculinidad, y le digo que no, que no es cierto; pero, cómo le explico que por ese misterio de la naturaleza (de vuelta la burra -en todo sentido- al grano) a veces las mujeres lloramos más y casiporcualquiercosa.
Sí, no hay duda.
Las mujeres hasta en sueños lloramos.
26.4.04
ARE YOU THERE, SYLVIA? (tres razones)
Sé que no hay gente por ahí comiéndose las uñas o con el pendientazo de su vida porque sylvia no ha escrito. Pero sé, supongo, que sí aunque sea de pura onda alguien debe estarse preguntando on-toy y por qué no escribo.
1) He tenido muuucho trabajo.
2) Mi alma anda como en un blues tocado por BB King (¿toca blues?)
3) He tenido mu-cho trabajo.
Esta es mi penúltima semana de clases (¡Hurra!) y se acerca mi última quincena de sueldo (¡Gulp!). Estoy ante la expectativa. Sucumbo ante la preocupación de cómo demonios le voy a hacer para vivir lo que resta del verano y hasta el 30 de agosto en que vuelvo a percibir ninerito...
Se aceptan sugerencias pero guárdense sus reclamos.
Los quiere,
Sylvia.
1) He tenido muuucho trabajo.
2) Mi alma anda como en un blues tocado por BB King (¿toca blues?)
3) He tenido mu-cho trabajo.
Esta es mi penúltima semana de clases (¡Hurra!) y se acerca mi última quincena de sueldo (¡Gulp!). Estoy ante la expectativa. Sucumbo ante la preocupación de cómo demonios le voy a hacer para vivir lo que resta del verano y hasta el 30 de agosto en que vuelvo a percibir ninerito...
Se aceptan sugerencias pero guárdense sus reclamos.
Los quiere,
Sylvia.
21.4.04
SABES QUE TU HIJO ES DISTINTO CUANDO... (mi conaisseur de cinco años)
1.Ve un disco en el tenderete del Vichu y te dice: "Mira mamá, DavidBowie".
2.Pide le sea platicada de nuevo la historia de Gollum (del señor de los anillos) y al terminar dice: "Cuéntamela otra vez".
3.Exclama: "Ay, me pongo nervioso" cada vez que tiene que tomar medicina.
4.Te explica una y otra vez que al enjabonarse hay que cerrar el agua de la regadera para no gastar tanta agua.
5.Exige que le subas el volumen a esa canción de Placebo.
6.Le dice a sus amigas, las vecinas del 10, "Qué cochinero tienen en este cuarto, así no se puede jugar" (aunque su cuarto luzca exactamente igual).
7.Dice que una de sus películas favoritas es Frankenstein (y se refiere a la versión de Mel Brooks).
8.Come espinacas, brócoli, tacos de camarón, de cabeza y no le pone peros a la leche de soya.
9.Notas que desconfía de los audiolibros y te dice: "Mejor ya quiero aprender a leer"
10.Le preguntas, "¿por qué tomaste mi mano anoche?" y te contesta, "Por lindo".
2.Pide le sea platicada de nuevo la historia de Gollum (del señor de los anillos) y al terminar dice: "Cuéntamela otra vez".
3.Exclama: "Ay, me pongo nervioso" cada vez que tiene que tomar medicina.
4.Te explica una y otra vez que al enjabonarse hay que cerrar el agua de la regadera para no gastar tanta agua.
5.Exige que le subas el volumen a esa canción de Placebo.
6.Le dice a sus amigas, las vecinas del 10, "Qué cochinero tienen en este cuarto, así no se puede jugar" (aunque su cuarto luzca exactamente igual).
7.Dice que una de sus películas favoritas es Frankenstein (y se refiere a la versión de Mel Brooks).
8.Come espinacas, brócoli, tacos de camarón, de cabeza y no le pone peros a la leche de soya.
9.Notas que desconfía de los audiolibros y te dice: "Mejor ya quiero aprender a leer"
10.Le preguntas, "¿por qué tomaste mi mano anoche?" y te contesta, "Por lindo".
20.4.04
FREAKY-ONE KENOBI (we all have one)
Este es una tema que trato de evitar con cualquier persona pero trato de ahondar siempre con los más íntimos. Esa breve pero intensa lista de freaks en mi vida. Entiéndase por freak por "persona rara que parece querer robarle a una la felicidad a cada instante".
Todos tenemos alguien así, una tipa o tipo, parecidos a La Mascarita esa que sale en el programa del Becker, cuyo único objetivo en la vida es dañar, obstruir, criticar, copiar, mortificar o llanamente joder la vida de una.
Existen varios tipos de freaks, desde quienes hacen una crónica diaria de los momentos más bochornosos de tu vida frente a todos cada que pueden, quienes sonríen amablemente y por la espalda encajan sus uñitas acrílicas en la primera oportunidad, quienes critican mordazmente tu trabajo (lo cual no tiene nada de malo en realidad) pero que luego escriben bajo la misma pauta, con el mismo estilito, quienes se cambian a vivir cerquita, cerquitita de tu casa (como si no hubiera otras miles de casas en toda la ciudad) fingiendo gusto o alegría por compartir tacitas de azúcar, quienes te muestran su colección de discos de tu artista favorito porque resulta que sieeeempre le había gustado tanto, quienes siempre siempre encuentran un motivo para borrar esa sonrisita boba que se acomoda entre tus comisuras y tus cachetes. Hay quienes se compran justo los lentes que tú dijiste que comprarías la siguiente quincena, hay hasta quienes un día te llegan vestidas exactamente igual que tú, con el mismo libro que tú estás leyendo bajo el brazo...
El Freaky One Kenobi al igual que Obi, se te aparece cuando menos lo esperas. Te atrapa te abraza y te abrasa. Te enreda con palabras y si eres ingenua, crees en ellas más de un 60% de las veces.
Si tú tienes un freak en tu vida: May the force be with you.
Todos tenemos alguien así, una tipa o tipo, parecidos a La Mascarita esa que sale en el programa del Becker, cuyo único objetivo en la vida es dañar, obstruir, criticar, copiar, mortificar o llanamente joder la vida de una.
Existen varios tipos de freaks, desde quienes hacen una crónica diaria de los momentos más bochornosos de tu vida frente a todos cada que pueden, quienes sonríen amablemente y por la espalda encajan sus uñitas acrílicas en la primera oportunidad, quienes critican mordazmente tu trabajo (lo cual no tiene nada de malo en realidad) pero que luego escriben bajo la misma pauta, con el mismo estilito, quienes se cambian a vivir cerquita, cerquitita de tu casa (como si no hubiera otras miles de casas en toda la ciudad) fingiendo gusto o alegría por compartir tacitas de azúcar, quienes te muestran su colección de discos de tu artista favorito porque resulta que sieeeempre le había gustado tanto, quienes siempre siempre encuentran un motivo para borrar esa sonrisita boba que se acomoda entre tus comisuras y tus cachetes. Hay quienes se compran justo los lentes que tú dijiste que comprarías la siguiente quincena, hay hasta quienes un día te llegan vestidas exactamente igual que tú, con el mismo libro que tú estás leyendo bajo el brazo...
El Freaky One Kenobi al igual que Obi, se te aparece cuando menos lo esperas. Te atrapa te abraza y te abrasa. Te enreda con palabras y si eres ingenua, crees en ellas más de un 60% de las veces.
Si tú tienes un freak en tu vida: May the force be with you.
19.4.04
SHE'S ALIVE (murmuran por las calles)
Vestido negro, zapatos negros abiertos, aretes y collarcito. Mi cabello alaciado y unas gotas de perfume. Pareja de pantalón negro y camisa roja. Hacemos entrada triunfal en un local de quinceaños, graduaciones y bodas. La boda del primo Marcos. Las presentaciones, las sillas, los vasos de soda y cerveza respectivamente. Plática y risas.
Y luego llegó ella. A nuestros oídos. Llegó en la voz de otra chava a quien ni alcanzábamos a ver porque junto con su grupo ocupó una terracita tipo VIP (diría Aracely) en la segunda planta del lugar. Sí, Selena estuvo ahí, estuvo a través de sus canciones. Yo no sé si la novia o el novio son fans de la cantante texana pero nos echamos todo un popurri de Selena y los Dinos.
No bailamos (algo que a la pareja de sylvia no le gustó mucho) pero movimos nuestros piecitos bajo la mesa a ritmo de "amorprohibidomurmuranporlascalles" a pesar de que somos de distintas sociedades.
Noombre, si Selena está bien viva. Está viva en los pasitos de la gordita de zapatos blancos que se abrochan en el tobillo (megatobillo debo decir), viva en los abrazos apretaditos de aquel tipo de sombrero. Viva con las bailadas de la señora de azul cuyo marido tenía gesto de que lo estaban auscultando.
Viva en las manos de los músicos de un grupo para eventos especiales. Selena, la verdad, sería la envidia de Kurt Cobain.
Y luego llegó ella. A nuestros oídos. Llegó en la voz de otra chava a quien ni alcanzábamos a ver porque junto con su grupo ocupó una terracita tipo VIP (diría Aracely) en la segunda planta del lugar. Sí, Selena estuvo ahí, estuvo a través de sus canciones. Yo no sé si la novia o el novio son fans de la cantante texana pero nos echamos todo un popurri de Selena y los Dinos.
No bailamos (algo que a la pareja de sylvia no le gustó mucho) pero movimos nuestros piecitos bajo la mesa a ritmo de "amorprohibidomurmuranporlascalles" a pesar de que somos de distintas sociedades.
Noombre, si Selena está bien viva. Está viva en los pasitos de la gordita de zapatos blancos que se abrochan en el tobillo (megatobillo debo decir), viva en los abrazos apretaditos de aquel tipo de sombrero. Viva con las bailadas de la señora de azul cuyo marido tenía gesto de que lo estaban auscultando.
Viva en las manos de los músicos de un grupo para eventos especiales. Selena, la verdad, sería la envidia de Kurt Cobain.
16.4.04
GALLETAS (¿cuántas tazas de harina le pusiste?)
Me gusta hornear. Me gusta cocinar. Miren, en realidad, fuera de que estoy peleada con el trapeador soy bien modosita. Y la cocina me gusta (también lavar trastes!).
Y hoy tenía cita en la cocina de mi doñasilvia para preparar y hornear galletas de avena con mantequilla de cacahuate. Todo iba bien, los ingredientes alrededor de mí sonreían emocionados, mi delantal, lavar manos y listo. Los cuestionamientos comenzaron justo cuando comencé a añadir los ingredientes:
¿De cuál azúcar le pusiste?
¿Antes o después de la vainilla?
¿Cerniste la harina?
¿Bien?
¿Usaste la taza medidora?
Tampoco faltaron las exclamaciones:
¡Es mucha avena!
¡Es poca avena!
¡Taaanta vainilla!
¡Bate, bate, bate!
Las instrucciones:
Las bolas deben ser bien chiquitas
No tanto
Están muy chiquitas
No tan grandes
Más bien medianitas
Separadas
No tanto
No tan pegadas...
Nooombre le dan a una ganas de salir corriendo a la tienda de la esquina por un paquete de Barritas de Fresa (tema para otro post) y sentarse a una esquina.
Y hoy tenía cita en la cocina de mi doñasilvia para preparar y hornear galletas de avena con mantequilla de cacahuate. Todo iba bien, los ingredientes alrededor de mí sonreían emocionados, mi delantal, lavar manos y listo. Los cuestionamientos comenzaron justo cuando comencé a añadir los ingredientes:
¿De cuál azúcar le pusiste?
¿Antes o después de la vainilla?
¿Cerniste la harina?
¿Bien?
¿Usaste la taza medidora?
Tampoco faltaron las exclamaciones:
¡Es mucha avena!
¡Es poca avena!
¡Taaanta vainilla!
¡Bate, bate, bate!
Las instrucciones:
Las bolas deben ser bien chiquitas
No tanto
Están muy chiquitas
No tan grandes
Más bien medianitas
Separadas
No tanto
No tan pegadas...
Nooombre le dan a una ganas de salir corriendo a la tienda de la esquina por un paquete de Barritas de Fresa (tema para otro post) y sentarse a una esquina.
15.4.04
WHERE HAS TIME GONE? (sylvia como el conejo blanco con reloj en mano)
No me persigue ninguna Alicia. Ni tengo que ir a ver a una reina gorda y más bien medio bitch. Pero sí me siento como ese conejo blanco que se la lleva en prisas todo-el-santo-día.
Y nunca me alcanza el tiempo para nada. Y siempre me acuesto con la sensación de que algo se me olvidó.
Me siento tan mal cuando olvido ponerme mi reloj de mano. El tiempo vuela, corre, brinca, se arrastra y por más que lo intento no puedo alcanzarlo. Es una-chin-ga.
El caso es que ayer, dispuesta a no dormirme hasta terminar lo terminable me acosté a la 1. Un atropello para quien tiene que despertarse a las 5 am.
Lo peor es que ni siquiera he podido ver a Plutarco en la tele.
Y nunca me alcanza el tiempo para nada. Y siempre me acuesto con la sensación de que algo se me olvidó.
Me siento tan mal cuando olvido ponerme mi reloj de mano. El tiempo vuela, corre, brinca, se arrastra y por más que lo intento no puedo alcanzarlo. Es una-chin-ga.
El caso es que ayer, dispuesta a no dormirme hasta terminar lo terminable me acosté a la 1. Un atropello para quien tiene que despertarse a las 5 am.
Lo peor es que ni siquiera he podido ver a Plutarco en la tele.
13.4.04
FRIJOLITOS PINTOS CON QUESITO DE YÉCORA (sylvia y el hijo cenan con la vecina)
Nunca imaginé que un día alguien me preguntaría ¿qué hiciste anoche? y mi respuesta fuera estaba con la vecina. Suena como raro, raro en mí que fui educada para no hacer grandes migas con la gente que vive alrededor de mi casa. Mi familia es más bien cerrada en ese asunto.
Pero yo, para variar, soy la loca de la casa, la subversiva: yo, me llevo con mis vecinos.
Así pues, ayer mi vecina me hizo el favor de cuidar un rato al hijo, a las ocho, cuando fui por él, un delicioso aroma a frijolitos recién hechos recorría su cocina. ¿Se quedan a cenar? Preguntó. No, gracias, cómo crees. Y típico, la vecina insistió, el hijo rogó y al final, Sylvia cedió.
La pasamos bien y es que es tan suave encontrar cosas en común, complicidad pues en una persona que nunca has visto. Claro que también es suave que a la plática sabrosa se una un platito de frijoles pintos con queso de yécora que es durito y seco, un parmesano de yécora delicioso...
Hablamos de sus hijas y de mi hijo (¿ya les dije que Esther es mamá de la ene y de la vale, las compas del juanantonio?), de la vecina que nos hace cara fea a veces y del vecino que recién compró lámparas en liverpool. Hablamos de zapatos, de recibos de luz y de lo difícil que es a veces mantener una casa.
También me pasó la receta de los frijolitos pintos!!
Pero yo, para variar, soy la loca de la casa, la subversiva: yo, me llevo con mis vecinos.
Así pues, ayer mi vecina me hizo el favor de cuidar un rato al hijo, a las ocho, cuando fui por él, un delicioso aroma a frijolitos recién hechos recorría su cocina. ¿Se quedan a cenar? Preguntó. No, gracias, cómo crees. Y típico, la vecina insistió, el hijo rogó y al final, Sylvia cedió.
La pasamos bien y es que es tan suave encontrar cosas en común, complicidad pues en una persona que nunca has visto. Claro que también es suave que a la plática sabrosa se una un platito de frijoles pintos con queso de yécora que es durito y seco, un parmesano de yécora delicioso...
Hablamos de sus hijas y de mi hijo (¿ya les dije que Esther es mamá de la ene y de la vale, las compas del juanantonio?), de la vecina que nos hace cara fea a veces y del vecino que recién compró lámparas en liverpool. Hablamos de zapatos, de recibos de luz y de lo difícil que es a veces mantener una casa.
También me pasó la receta de los frijolitos pintos!!
1.4.04
EL EDREDÓN NUEVO (dulces sueños)
La quincena le brinda a mi familia nuclear (¿a poco eso no se oye explosivo?) es decir, a mi hijo y a mí la posibilidad de cubrir nuestras necesidades básicas:
- fruta y verdura
- leche, yogurt y jugos
- atún y pan bimbo
- jamón y queso (amarillo y blanco)
- huevos y cereal
- cajita feliz de McDonalds
- galletas o ruffles
- libro o disco del sanborn's
Esa es nuestra canasta básica, lo demás es lujo y/o despilfarro vil. Y ahí estamos en Soriana (¿pueden creerlo?, no fuimos al Walmart) recorriendo los pasillos en nuestro carrito, sorteando obstáculos: señoras gordas con mucho mandado, maridos enojados que lo único que quieren es irse a ver la tele, niños latosos (un gramo más latosos que el mío) que te brincan en cada esquina.
Primero cumplimos con nuestra lista de canasta básica y pasamos a los lujos y/o despilfarros viles: una manguera verde, muy brillosa y a sólo cincuentaycuatro pesos sólo hoy. Qué felicidad, desde cuándo teníamos ese pendiente, una manguera para regar la parte del jardín que sí tiene pasto y aquella que es sólo tierra para que un día también tenga pasto. Avanzamos un poco más y de pronto, ahí bajo un gran cartel que dice OFERTA está un grupo de hermosos edredones a sólo cientosetentaynuevepesos... Dios, qué lindura. Hago mis cuentas (ya ni sé para qué las hago si siempre salgo mal parada de éstas) y me digo: "sí, sí, el edredón se viene con nosotros". Otro lujodespilfarrovil.
Hay amarillos, rojos y verdes, hay uno con cuadros y motivos tribales, otro amarillo canario que no le deseo a nadie y luego, ahí está: un edredón fondo beige y pequeños y sutiles florecillas y líneas color vino. Es él. No hay duda. Se viene con nosotros.
Mientras esperamos en la cola y el hijo insiste, insiste e insiste en que le compre un huevito kinder, unos cheetos, una manzanita sol, un tubito de m&m´s y le insisto, insisto e insisto que eliga o un huevito kinder, unos cheetos, una manzanita o el tubito de m&m's porque no se va a llevar y comer todo eso con mi permiso, hago fotografías mentales de cómo se va a ver MI edredón en MI cama. Mis sábanas color vino, los almohadones con funda color vino, la madera del tocador, del buró, del escritorio y de los libreros (es habitación multifuncional como pueden ver) harán lucir más el edredón. Me veo a mí misma recostada en mi edredón pachoncito, disfrutando de un libro o de una película. Me veo divina. Parezco chica de comercial de edredones.
Qué suave que es quincena.
- fruta y verdura
- leche, yogurt y jugos
- atún y pan bimbo
- jamón y queso (amarillo y blanco)
- huevos y cereal
- cajita feliz de McDonalds
- galletas o ruffles
- libro o disco del sanborn's
Esa es nuestra canasta básica, lo demás es lujo y/o despilfarro vil. Y ahí estamos en Soriana (¿pueden creerlo?, no fuimos al Walmart) recorriendo los pasillos en nuestro carrito, sorteando obstáculos: señoras gordas con mucho mandado, maridos enojados que lo único que quieren es irse a ver la tele, niños latosos (un gramo más latosos que el mío) que te brincan en cada esquina.
Primero cumplimos con nuestra lista de canasta básica y pasamos a los lujos y/o despilfarros viles: una manguera verde, muy brillosa y a sólo cincuentaycuatro pesos sólo hoy. Qué felicidad, desde cuándo teníamos ese pendiente, una manguera para regar la parte del jardín que sí tiene pasto y aquella que es sólo tierra para que un día también tenga pasto. Avanzamos un poco más y de pronto, ahí bajo un gran cartel que dice OFERTA está un grupo de hermosos edredones a sólo cientosetentaynuevepesos... Dios, qué lindura. Hago mis cuentas (ya ni sé para qué las hago si siempre salgo mal parada de éstas) y me digo: "sí, sí, el edredón se viene con nosotros". Otro lujodespilfarrovil.
Hay amarillos, rojos y verdes, hay uno con cuadros y motivos tribales, otro amarillo canario que no le deseo a nadie y luego, ahí está: un edredón fondo beige y pequeños y sutiles florecillas y líneas color vino. Es él. No hay duda. Se viene con nosotros.
Mientras esperamos en la cola y el hijo insiste, insiste e insiste en que le compre un huevito kinder, unos cheetos, una manzanita sol, un tubito de m&m´s y le insisto, insisto e insisto que eliga o un huevito kinder, unos cheetos, una manzanita o el tubito de m&m's porque no se va a llevar y comer todo eso con mi permiso, hago fotografías mentales de cómo se va a ver MI edredón en MI cama. Mis sábanas color vino, los almohadones con funda color vino, la madera del tocador, del buró, del escritorio y de los libreros (es habitación multifuncional como pueden ver) harán lucir más el edredón. Me veo a mí misma recostada en mi edredón pachoncito, disfrutando de un libro o de una película. Me veo divina. Parezco chica de comercial de edredones.
Qué suave que es quincena.
DEBES DEJAR DE LEER A EURÍPIDES SI... (el suplicio de una madre)
- ¿Cómo te fue en la escuela hoy?
- Bien pero el Oscar me pegó y luego me dijo tonto.
- ¿Otra vez? ¿Le dijiste a la maestra?
- Sí.
¿Cuántas veces hemos entablado ya ese mismo diálogo? Al pobre Juanantonio lo tiene frito el tal Oscar, cuando no le pega, le cambia el nombre o le hace bola con otros dos vaguitos del Kinder Yoko Ono. Desgraciadito...
El de cinco un día me dijo que se puso a gritarle Juanantonia... porque estaba junto con el Andrés (cuyo nombre en labios del tal Oscar se convirtió en Andrea) jugando en el puente con otros niños y niñas.
Qué retedifícil es ser mamá cuando pasan estas cosas, tiene una que inhalar-exhalar y aconsejar: "Dile a tu maestra" o "Recuérdale al Oscar que tu nombre es Juanantonio y que no es bonito decir esas cosas" "Dile que los amigos nunca..." cuando en realidad tiene una ganas de seguir el camino que Eurípides trazó a sus personajes y cual Hécuba mandar a los compas a ponerle buen sustito al susodicho infante nomás por andarse metiendo con tus hijos.
Bestias.
Qué dilema.
Debe uno aconsejar de la manera más modosita posible cuando en realidad se tienen ganas de decir: "Pégale, pégale, pé..."
Chale. Debo dejar de leer a los trágicos griegos.
- Bien pero el Oscar me pegó y luego me dijo tonto.
- ¿Otra vez? ¿Le dijiste a la maestra?
- Sí.
¿Cuántas veces hemos entablado ya ese mismo diálogo? Al pobre Juanantonio lo tiene frito el tal Oscar, cuando no le pega, le cambia el nombre o le hace bola con otros dos vaguitos del Kinder Yoko Ono. Desgraciadito...
El de cinco un día me dijo que se puso a gritarle Juanantonia... porque estaba junto con el Andrés (cuyo nombre en labios del tal Oscar se convirtió en Andrea) jugando en el puente con otros niños y niñas.
Qué retedifícil es ser mamá cuando pasan estas cosas, tiene una que inhalar-exhalar y aconsejar: "Dile a tu maestra" o "Recuérdale al Oscar que tu nombre es Juanantonio y que no es bonito decir esas cosas" "Dile que los amigos nunca..." cuando en realidad tiene una ganas de seguir el camino que Eurípides trazó a sus personajes y cual Hécuba mandar a los compas a ponerle buen sustito al susodicho infante nomás por andarse metiendo con tus hijos.
Bestias.
Qué dilema.
Debe uno aconsejar de la manera más modosita posible cuando en realidad se tienen ganas de decir: "Pégale, pégale, pé..."
Chale. Debo dejar de leer a los trágicos griegos.
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