3.11.07

LA PAQUITA DEL BARRIO DE LA ORTOGRAFÍA

Ayer tuve con mis alumnos de profesional una sesión especial de revisión de ensayos.

Estaba yo en mi escritorio y conforme todos trabajaban en algo iba llamándolos uno por uno para que siguieran mi lectura y comentarios sobre su ensayo. Yo, como alumna, sufría enormemente de recibir tal o cual calificación sin más ni más. Así que aunque sé que me meto en camisa de once varas, leo los trabajos de mis alumnos con lentes y dedicación, armada de mi plumita roja escribo comentarios al margen. Utilizo además una rúbrica especial que otorga de 1 a 4 puntos en categorías como redacción, manejo de fuentes, formato, contenido (dentro de cada una de estas categorías hay más detalles que les ahorro (pero si hay algún lector aquí que sea profesor y le interese, con gusto los comparto). La finalidad es que cuando vean que sacaron tal o cual calificación sepan con claridad por qué y sepan también de qué manera se puede mejorar el ensayo en cuestión o su redacción, investigación o manejo de fuentes en general (ya saben que no nos rige Dios sino el MLA por sobre todas las cosas).

Bueno, en eso estaba y de pronto lo que tenía alrededor de mí no era el autor de cada ensayo sino un buen grupo de alumnos (los ingenieros) que en especial hacen de mi labor docente una vida encantadora y llena de humor. Oía comentarios entre ellos o hacia mí como "Wey, no le pusiste comillas", "¿Cómo no citaste bien al autor?", "Chale se me fue ese acento", etc, etc. Ninguno se veía enojado, tampoco realmente avergonzado. Ese era un momento tan de risas. Luego uno de ellos me confesó: "Maestra cuando comienza a leer y veo que ya toma su pluma roja, siento re feo... aunque ya sé que en sus comentarios me pone te faltó esto o aquello, yo la veo escribir y siento que el rojo sólo me dice aaah como eres buuuuurro", nos reímos mucho y luego, alguien dijo: "Maestra usted es con nosotros como Paquita la del Barrio, acá bien dura, cuando en los comentarios de la rúbrica dice:'falta pulir el formato, recuerda utilizar sangría cuando las citas son de más de etc etc.' con su pluma roja, es como si nos cantara 'eres una rata de dos patas'... que no escribe bien."

Hacía mucho que no me reía tanto, de mis ojitos salían lágrimas. Todos estábamos doblados, agarrándonos la panza de lo mucho que nos hizo carcajear Fulanito. Nadie se lo tomó a mal, mucho menos yo.

Es suave eso de poder enseñar y reír al mismo tiempo. Muy suave.
(Sólo espero nunca tener el corte y el cuerpo de Paquita).

3 comentarios:

mar adentro dijo...

jajaja...hasta yo me reí. Lo mejor: que ellos saben que tú lees sus trabajos y tú sabes que ellos leen tus comentarios.

Imagina que dentro de unos años se reúnan en algún lugar y uno de ellos saque una pluma roja...seguro van a salir dos o tres anécdotas y platicarán de esa Paquita que les revisaba.

Dalígula dijo...

Jejejeje.. que chida anécdota.

jose fá dijo...

Hace años te dije cuán afortunado es tu trabajo. Lo es.

Te envidié con esta anécdota tan divertida y envidio también a tus alumnos. Y qué bueno que se den cuenta de lo que les estás regalando porque a esa edad como que se flota... acerca de Paquita veo muy difícil que iguales su cuerpo, lo del corte sería más posible... jajaja, el cabello crece, los kilos no se van...

Así estás muy linda, te abrazo.