2.1.04

AÑO NUEVO CASA NUEVA (los pormenores de la ya platicada transición)

Y cuando despertamos José Maytorena, el Manuel y la pickupcita para la mudanza ya estaban ahí. Al pie de la puerta. A mover, a sacar, a subir, a transladar, a meter, a acomodar. Viajes pacá, viajes pallá. Nunca fue más largo y más frecuente el camino de Capistrano a Villa Residencial Bonita.

A Juanantonio sólo le preocupaban sus juguetes. A sylvia cómo iba a acomodar el sillón, los dos libreros, ¡los libros, los discos, la ropa... LOS ZAPATOS! para superficialidades me pinto sola.

Y todo se fue.
Mis muebles abandonaron la habitación que ocupé los últimos 4 años. Mis recuerdos se acomodaron en otra habitación. Donde tendrán que hacerle lugarcito a otros recuerdos.

Cajones, cajas, carritos, ¿dónde pongo esto? ¿y aquello?

Sábado 27. Juanantonio (el último ítem que se trasladó al nuevo hogar) llega somnoliento. Directo a su cama sin más averiguaciones. Yo tenía semanas, meses, preguntándome cómo iba a tomar este cambio y resulta que él lo tomó de la misma manera en que ha tomado el resto de las cosas vitales: de la manera más sencilla.

Yo, acomodo cajones, empujo cama, pongo sábanas, papel de baño, jabones, un tapete, una lámpara, las fotos de las abuelas. Quiero amanecer y que lo que vea sea lo más parecido a lo que tengo siglos planeando. Soy realmente rara pues no me duermo hasta que hago mi clasificación de libros, separo a villoro de tolkien y a yoshimoto de marías... a cada uno su lugar. No duermo fácilmente hace un frío de la chingada. Me tapo más. No duermo fácilmente, hay nuevos sonidos, y la ausencia de otros.

Al final, me dejo arrullar por el sonido del refri. Este refri fue de mis padres. El brrr brrr que antes odiaba se convierte en un compañero tranquilizante, como un compañero de meditación que me permite cerrar los ojos finalmente.

Domingo 28. ¿Ya vamos a vivir aquí? es la pregunta de la mañana, sip. Ya. Hips y hurras por parte del de casi cinco.


¡Éjele ya nos cambiamos!

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