16.10.03

ASÍ HABLABA HAKUNA MATATA (sabias palabras de dos filósofos)

A veces me siento agobiada, nunca faltan motivos. Que si sueldos pequeñitos para deudas grandototas. Que si mucho que estudiar. Que si mucho que calificar. Que si al carro le falta afinación. Que si a la dueña del carro también. Que si a la dueña del carro no le alcanza para la afinación del carro ni para la suya propia de ella. Que si esto, que si lo otro... y me preocupo. Me preocupo. Me preocupo. Me muerdo las uñas, arrastro los pies, me jalo el cabello, me trueno los dedos...

Pero abro mi cajón del self-support y recuerdo que para esos momentos de angustia, nada como una buena dosis de Heavy Philosophy, el buen Nietzsche, que dice:

"Todavía esta abierta la tierra a las almas grandes. Todavía están desiertos muchos asientos de solitarios donde sopla la brisa de mares tranquilos. Todavía está abierta a las almas grandes una vida libre."

Leo eso y me siento bien. Me imagino una puertota que, abierta, muestra una tierra para almas grandes (de todos los colores). Me imagino sentada, ojos cerrados, limonada en mano ( o una coronita) con la brisa de mares tranquilos acariciando mis cachetes de durazno. Y me digo: Así habló Zaratustra, sí señor. Y me hace feliz pensar que realmente existe una vida libre. Y que puedo ser un alma grande.

Suspiro.
Luego.

Avanzo un poco más. Ahora, una dosis Light philosopy. Cierro los ojos y cedo la palabra a otro viejo sabio, el buen Timón que dice:

"Hakuna Matata... una forma de ser.
Hakuna Matata... nada que... temer.
Sin preocuparse es como hay que vivir
a vivir asi yo aquí aprendí
Hakuna Matata".

Y muevo mis piecitos, digo, hakuna-matata, hakuna-matata,hakuna-matata. Y las preocupaciones desaparecen (aún cuando las deudas prevalecen). Y los miedos se desvanecen (aún cuando el carro siga desafinado).

Imagino mi alma libre, acariciada por la brisa de un mar tranquilo y digo: Así habló Hakuna Matata...

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